miércoles, 31 de mayo de 2017

YVES KLEIN - FUNDACIÓN PROA - Ciudad de Buenos Aires - 2017

3 comentarios:

  1. Yves Klein: el hombre de azul en PROA
    Precursor del happening, adelantado al arte conceptual y creador de su propio color, el denominado Azul Klein. Yves Klein (1928-1962) fue mucho en poco tiempo. Su carrera de apenas siete años los convirtió en un artista de trascendencia internacional y vigencia actual cuya obra aún se presta a interpretaciones. En Fundación PROA se exhibe “Yves Klein. Retrospectiva”, la primera muestra del francés en Argentina con el que la institución abre su calendario de exhibiciones.

    “Sabemos que no se conoce Klein en Argentina por eso la muestra es muy didáctica”, cuenta a la prensa Daniel Moquay, curador y pareja de la viuda de Klein. Para responder a ese mandato la exhibición abre con una importante línea de tiempo donde se destacan su infancia en la localidad francesa de Niza, sus padres artistas y su paso por el judo. Ese deporte lo llevó a viajar por toda Europa y Japón a la par que se interesaba por los procesos creativos y la espiritualidad.

    Mientras se destaca en la disciplina –alcanza el cuarto dan en Judo- consigue trabajos que lo acercan a la creatividad y se familiariza con técnicas que luego aplicará a sus obras. A mediados de la década del 50 inicia su carrera artística formal con una serie de monocromas, obras rectangulares pintadas de un único color. Las hará en naranja, amarillo, verde, rosa y, por supuesto, en azul marino, el color que luego se convertiría en sinónimo de su nombre.

    En la sala dos de PROA cuelgan trabajos de esa época. “Una obra de pintura empieza con dos colores –dice Moquay- pero acá hay un color nada más”. “En vez de ser un cuadro con varios colores el ha escogido que los colores se dispusieran así (y apunta a las obras colgadas en la pared). Luego se da cuenta que tiene que elegir un color solo, y elige el azul”, relat
    International Klein Blue (IKB) es el nombre oficial del azul ultramarino saturado que adoptó para su carrera artística. Lo creo experimentando con materiales, algunos tóxicos, que a partir del uso constante habrían deteriorado rápidamente su salud, según el curador. En 1957 presenta una serie de obras que anticiparán sus futuros trabajos: esculturas hechas mediante la técnica del dorado a la hoja, biombos azules, tinas llenas de pigmento puro, todas exhibidas en PROA.

    En 1958 le encargan ambientar el nuevo edificio de la Ópera de Gelsenkirchen para el que realiza seis paneles de tamaño monumental recubiertos en esponjas impregnadas de IKB. Finalizada la ambientación – el curador Daniel Moquay estima que su salud se podría haber debilitado fuertemente en esta época por contacto con pigmentos tóxicos - continúa trabajando con esponjas, un material del que rescata su potencia sensible, y crea la serie Esculturas Esponjas.

    En los siete años que duró su carrera se aventuró también en el happening y el naciente arte conceptual. De uno de sus atrevimientos nacieron las “Antropometrías de la época azul” (1960), la performance en la que un grupo de músicos ejecutan una sinfonía monótona mientras tres modelos desnudas se untan pintura azul en el cuerpo y estampan sus huellas corporales sobre papeles blancos. Klein transforma a las modelos en pinceles mientras como un director de orquesta da órdenes de espalda a una audiencia vestida de etiqueta.

    Klein tuvo una corta etapa de producción artística, pero suficiente para erguirse como punto de partida para el arte conceptual, el minimal art y el pop art de las décadas siguientes. Con sus obras cambió el foco perceptual del objeto material hacia la sensibilidad espiritual expresada, por ejemplo, en el color. El 6 de junio de 1962, a los 34 años, muere tras varios infartos en su casa de París.

    “Yves Klein. Retrospectiva” puede verse en Fundación PROA, Av. Don Pedro de Mendoza 1929, hasta el 31 de julio.

    www.cronista.com

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  2. La experiencia de una "zona de sensibilidad pictórica inmaterial", se trataba de una zona designada para la percepción de la sensibilidad, pero sin material objetivo. El" todavía no del yo" sensible es lo que se exponía. Fue en la exposición colectiva VISIÓN IN MOTIÓN, en la que participó en marzo de 1959 en el Hessenhuis de Amberes un antiguo almacén convertido en sala de exposiciones. Klein no ocasiona gastos de transporte, puesto que al igual que en El Vacío, no presentó ninguna pieza. Aquí se ahorró incluso la ocasión de pintar paredes. Reservó el espacio que le había sido adcripsto para ofrecer la experiencia de una "zona de sensibilidad pictórica inmaterial". Se trataba de iua zona designada para la percepción de la sensibilidad, pero sin material objetivo. Klein parte de la base de que la sensibilidad transportada a través de la imaginación es el estado en cuya posesión el ser humano participa desde el principio "vida" Ese estado es el que para él encarna un "arte total"(Kuhn, 1991), estimulado en las" zonas de sensibilidad". En "Sobre la concepción de lo inmaterial", escrito aquel año, recuerda Yves Klein:
    "En aquella exposición en Amberes, en Hessenhuis, en una exposición colectiva con Breer, Bury, Mack, Munari, Uecker, Piene, Rot Soto, Spoerri y Tinguely, no quise pintar ni una ni varias paredes, ni tampoco llevar a cabo ningún gesto figurativo, del tipo de barrer el sitio que me había sido reservado, o pintar las paredes con un pincel seco sin color; no, antes bien quise estar presente en el lugar el día de la apertura para decirles en la inaunguración a todos:
    PRIMERP: es la nada, luego hay una nada profunda y finalmente una profundidad azul" Gastón Bachelard
    Es un estado de paréntesis de las percepciones, ante la presencia de un espacio en el que ni la vista ni el tacto tienen referente material en el que reposar, ni se dan la forma, el color ni las dimensiones condicionantes de la vida sensible. No hay objeto. Agregaría: éste se constituye en la pérdida.
    Pienso que su intención fue una vida auténtica, en la cual prevaleciera la sensibilidad por sobre la razón.
    Siente una "fuerza de atracción hacia las esferas superiores, hacia el espacio". La identificación de la sensibilidad con el cosmos como un todo es meta tanto de la pintura monocolor como del vacío.
    Quizá, sea éste el motivo por el que no logro poseer el azul Klein en algún objeto. Mi último intento estuvo en una bolsa de ese color, que ví en Londres hace un tiempo y, no me vinieron bien sus medidas.
    Ahora pienso, que le debería haber adquirido aunque no la usara.
    Referencia: Javier Arnoldo, Yves Klein, Madrid, Nerea, 2000

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  3. 21 Para el sociólogo Raymonde Moulin, que este fenómeno está bajo la "interpretación socio-analítica (deseo de apropiación de material, casi esotérico, bien simbólico)" o "interpretación sociológica (la teoría del consumo conspicuo y Veblen la teoría de distinción simbólica Bourdieu) "escasez es la clave determinante del valor de la obra en el mercado 27 . Klein sabe que la escasez y el monopolio de la oferta que está la producción del artista son los garantes de reconocimiento comercial. De hecho, al igual que los fotógrafos que limitan voluntariamente el número de impresiones realizadas para aumentar sus precios, organizó la escasez de obras inmateriales (cuyo número es potencialmente ilimitado): las zonas de sensibilidad pictórica inmaterial se numeran con cuidado serie de libros de recibos a precios diferentes, lo que permite restablecer estas obras intangibles en el esquema clásico de la venta de un raro.
    tomado de marges.revues.org

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