sábado, 10 de diciembre de 2016

MUSEO DE LA MÚSICA GAMELÁN

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1 comentario:

  1. Es posible que nunca hayas escuchado la palabra "gamelán" o que si lo has hecho no hayas escuchado su música. Son unos sonidos fascinantes que no quedan en algo pintoresco y local sino que ha influido muchísimo en la música occidental. Es más, hay palabras de algún compositor de nuestra Europa que alaban esta música y la ponen por encima de la nuestra... ¿Te apetece conocer eso tan impresionante?

    Voy a contarte algo qué es eso del gamelán. Es una música tradicional de Indonesia interpretada en conjuntos con una mayoría de instrumentos de percusión pero también con flautas, instrumentos de cuerdas e incluso voces. Procede de la palabra "gamel" que significa "interpretar, hacer música". El sufijo "-an" convierte a la palabra en el sustantivo "música". Aunque actualmente gamelán es sinónimo de orquesta tradicional indonesia antiguamente significaba "todos los tipos de música". En un gamelán encontramos gongs, bonang (instrumentos de metal en forma de cacerola), gendèr (en forma de xilófono), kendang (tambor) y otros instrumentos. La música es un prodigio de precisión y sobrecoge por cómo la llevan a cabo tantos músicos. El Indonesia la precisión es una virtud y por tanto cuanto con más exactitud se toque la obra mejor.

    En 1889 se estrenó en París una obra con gamelán que cautivo a maestros como al gran Claude Debussy. Satie se quedó hipnotizado por esos sonidos y luego otros maestros compusieron teniendo en mente el país indonesio. La sonoridad del piano preparado de John Cage recuerda mucho a esa música. El uso que hace Messiaen de los metalófonos también está directamente influido por el gamelán, que también lo hizo en otros maestros como Lou Harrison, Béla Martók, Pierre Boulez o Benjamin Britten. Ligeti también se fascinó por esta música que, como ves, no queda en un mero localismo sino en algo que ha trascendido mucho más su región.

    Voy a escribir una cita, algo larga, de Debussy para que veas hasta qué punto esta música es de calidad: Solía haber y, de hecho, a pesar de los problemas que la civilización han traído, aún hay, pueblos maravillosos que aprenden música tan fácilmente como uno aprende a respirar. Sus escuelas consisten en el ritmo eterno del mar, el viento en las hojas y miles de otros sutiles sonidos que escuchan con gran cuidado si tener que consultar dudosos tratados. Sus tradiciones solo están conservadas en antiguos sonidos, a veces con danza, a las que cada individuo hace su pequeña contribución siglo a siglo. Así, la música javanesa obedece a leyes del contrapunto que hacen que Palestrina sea un juego de niños. Si se la escucha sin los prejuicios de nuestros ojos europeos se descubrirá un encanto percutivo que le lleva a uno a admitir que nuestra propia música no es más que un bárbaro tipo de ruido que parece más el de un circo ambulante.

    periodistadigital.com

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