jueves, 22 de diciembre de 2016

CAsa de artista, VÍDEO / SANTOS POPULARES EN PROVINCIAS ARGENTINAS

“El Gauchito Gil es el Dios que siempre quisimos tener”

En Tono Rojo, la exposición tiene mucho de devoción, además de artes plásticas.
 Por Sandra Chaher
La muestra Altares populares: El Gauchito Gil, que puede verse hasta fines de diciembre en Tono Rojo (Schiaffino 2183), tiene mucho de devoción, además de artes plásticas. Casi todos los artistas que exponen tienen algún vínculo místico con el santo popular correntino. Y Julio Sánchez, el curador, armó la muestra después de haberse vuelto devoto él mismo y, a partir de ese ojo atento e interesado, empezar a detectar que había artistas que venían trabajando el tema en los últimos años.
El color del Gauchito es el rojo, quizá por el pañuelo que lleva al cuello en las estampas, quizá por la sangre derramada cuando murió degollado. Ese color chillón, frenético, es el que imanta la vista cuando se entra al resto y espacio de arte situado frente al Palais de Glace, en Recoleta. En la planta principal, donde está el restaurante, fueron colocados los acrílicos de Daniel Barreto (altares particulares custodiados por múltiples Gauchitos, “sus custodios personales” dirá); El orante, una fotografía tomada por Martín Weber en el santuario de Mercedes, Corrientes, de un joven arrodillado frente a la mesa cargada de ofrendas y mensajes; y, sobre la tabla que media con la cocina, un televisor que proyecta el documental hecho por Lía Dansker y Alejandro Nakano. Coronando la escalera que lleva al subsuelo-galería de arte, una reproducción del altar original realizada por Sergio Gravier, quien ya intervino rincones de Palermo con altares del Gauchito, la Difunta Correa y Ceferino Namuncurá. Los armó, los instaló y se fue. A los pocos días aparecieron cubiertos de velas y pequeñas ofrendas que los vecinos les acercan espontáneamente. El del Gauchito está en Honduras y las vías, pequeño, simple y rojo.
En la escalera, camino al subsuelo que con su baja intensidad lumínica crea la atmósfera de privacidad requerida para el recogimiento y la oración, pueden verse los exvotos de la marplatense Eleonora Filippi, que comenzó a hacer sus acrílicos –con la estética de la Edad Media– después de encontrar ofrendas y agradecimientos (esos son los exvotos) al Gauchito junto a las tumbas del cementerio de su ciudad. También allí hay un torso del Gauchito de Karina El Azem hecho con municiones y perlas de plástico. De la misma artista puede verse, en el subsuelo, un Gauchito en tamaño natural hecho de mostacillas. El Azem es una de las devotas que dice: “Llegué al Gauchito Gil en 1996, recibí una estampita y la guardé. La miré muchas veces. Tanto de nuestra tradición se resumía y revelaba en ese papel, un Jesús solo nuestro y federal: el Dios argentino que siempre quisimos tener. No tardó en concederme deseos. Nunca dejé de buscar información sobre él, de creer, de pedirle, de agradecerle. Y de recomendarlo”. Y en el subsuelo están también las fotografías de Estela Izuel: una serie de ofrendas “especiales” –cámaras de foto, veladores, vestimenta militar–, y dos tomas del santuario ardiendo –es habitual que la profusión de velas genere incendios.
Daniel Barreto es hijo de madre santafesina y padre paraguayo. En 1998, mientras hacía una investigación sobre instalaciones artísticas, sintió que “las instalaciones más auténticas eran las que armaban en los altares los devotos de los santos populares, que ahí había mucho de arte, aunque ellos no fueran artistas, que había un concepto y una fuerza. Me sedujo la estética de los altares y empecé a sacar fotos. Y en algún momento me empezó a fascinar la historia del Gauchito: me atrae su firmeza, lo macho, lo bravío, lo vicioso, el color rojo, la provincia de Corrientes, los esteros, el chamamé, el vino y su devoción por San La Muerte y San Baltasar. Y sin darme cuenta me convertí en un devoto, mis pinturas son ofrendas en agradecimiento a la protección que me da, que es mucha”. Barreto es uno de los más informados sobre la historia del santo y, con el tiempo, desarrolló algunas hipótesis: “A mí me gustaba investigar qué deseo habría detrás de cada ofrenda, y eso me hizo pensar que los altares populares funcionan como un medio de comunicación entre los vecinos: cada uno se va enterando de lo que les pasa a los demás por las ofrendas que dejan”. Después del Gauchito, Barreto empezó a investigar a San La Muerte, otro santo popular correntino que se dice que protege a la gente en riesgo. “El Gauchito era devoto de San La Muerte, un santo que tenés que llevarlo dentro, debajo de la piel. Es un culto muy de machos y muy tumbero. Y se dice que quien lleva a San La Muerte dentro sólo puede ser matado si se lo degüella, las balas no le hacen nada. Por eso al Gauchito lo colgaron y le cortaron la cabeza.”
Julio Sánchez conoció la historia del Gauchito Gil en 1995, cuando daba cursos de arte en Corrientes. “Me vinculé con la cultura correntina, que me parece riquísima, y hace dos años conocí el santuario, pedí y se me otorgó. Desde ese momento tengo un altar del Gauchito en mi casa. Poco después conocí a Daniel Barreto, y empecé a detectar a muchos artistas que estaban haciendo obras sobre el Gauchito. El tema de las devociones populares es antiguo en el arte, lo nuevo es lo del Gauchito. ¿Por qué está de moda? Porque cumple. En ese sentido, esta muestra es una ofrenda.”www.pagina12.com.ar-8 de noviembre de 2004

2 comentarios:

  1. "El artista argentino Sergio Gravier realizó, a lo largo de su carrera , obras sobre la base de la figura de Jesús, Betty Boop, Marilyn Monroe y la Virgen María, aunque la fusión entre arte pop y devoción pagana quedó en evidencia en su exposición de 2004 "Perlas de los Santos", en el Centro Cultural Recoleta, donde trabajó también con las figuras de Ceferino Namuncurá, La Difunta Correa y el lobizón de Pago Largo.
    En 2007, este creador pop presentó en las calles de Berlín y París una serie de intervenciones urbanas que consistieron en la pegatina de más de mil estampitas e instalaciones con la imagen del Gauchito Gil, el santo correntino una suerte de Robin Hood "Gauchito Gil World Tour"fue el nombre que eligió Gravier psrs titulsr ls girs que lo llevó a colocar altares y pegar estampitas con esta imagen representativa de la devoción popular argentina en céntricas calles europeas.Una idea similar había realizado el artista en 2004 en el barrio de Palermo."
    Mercedes Ezquiaga, TODO lo que necesitas saber sobre ARTE ARGENTINO
    32- sANTOS POPULARES, ÍCONOS Y RELIGIOSIDAD. bUENOS aIRES, pAIDÓS 2015

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  2. La religión ofrece consuelo a nuestra necesidad y nuestra angustia, dejando la esperanza de una vida futura después de la muerte. Pero esta comodidad tiene un precio: se crea la ilusión, dice Freud. Y propone superar esta ansiedad con el "Logos de Dios, es decir con el habla. Clotilde Leguil nos sumerge hoy en El porvenir de una ilusión .

    El texto del día

    "Representaciones religiosas que dan al dogma, no son precipitados de experiencia o los resultados del pensamiento, son ilusiones, realizaciones de los deseos más antiguos, los más fuertes, los más urgentes la humanidad; el secreto de su fuerza es la fuerza de estos deseos. Ya sabemos que esta es la impresión aterradora de desorden en el niño que despertó el deseo de protección - Protección por amor - ha llenado el padre, y esa es la idea de la persistencia de esta desorden en toda la vida que era aferrarse a la existencia de un padre - pero ahora más potente. Debido a la acción benévola de la providencia divina, se calmó la ansiedad acerca de los peligros de la vida, la creación de un mundo de asegura éticos que pueden no cumplirse el requisito de la justicia por lo que a menudo no se había cumplido en de la civilización humana, la extensión de la existencia humana en una vida futura proporciona el marco espacial y temporal dentro del cual se supone que tendrá lugar estos deseos logros. Algunas respuestas a los enigmas que se enfrenta el deseo humano de conocer, tales como el nacimiento del mundo y de la relación entre el cuerpo y el alma, se desarrollan de acuerdo a los presupuestos de dicho sistema; es un gran alivio para la psique individual, cuando se sacó de conflictos infantiles del complejo y el padre nunca superado totalmente, y se le redirige a una solución aceptada por todos. "

    Freud , El porvenir de una ilusión , VI, 1927, trad. Bernard Lortholary (Puntos Umbral, 2011)
    www.franceculture.fr

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