GUILLEM SANS MORABerlín 30/06/2016 03:17El Siglo de Oro. La era Velázquez tiene buenas cartas para convertirse en una de las exposiciones más visitadas del año en Alemania. "El arte español se conoce muy poco" en este país de tradición protestante y atea, dice María López-Fanjul, comisaria de la muestra. Atribuye López-Fanjul a los alemanes "una gran capacidad de entusiasmo" por la novedad, y esta exposición es excepcional en muchos aspectos y ofrece al público berlinés un elaborado diálogo entre grandes maestros como Velázquez, El Greco y Zurbarán y otros nombres menos conocidos en Alemania como Alonso Cano, Francisco Pacheco y Gregorio Fernández. Es, como dice Michael Eissenhauer, director general de los Museos Estatales de Berlín, "la mayor y más ambiciosa exposición" organizada por la Gemäldegalerie, y a partir de noviembre se trasladará a la Kunsthalle de Múnich. Reúne 135 obras procedentes de 64 colecciones privadas y museos de todo el mundo, desde El Prado hasta el MoMA de Nueva York, el Louvre y la National Portrait Gallery de Londres.Han sido cuatro años de preparación para reunir obras que pocas veces se han expuesto fuera de España. Particularmente dilatadas fueron las negociaciones para traer a Berlín el gigantesco óleo de El Greco titulado Immaculata Oballe, de la parroquia de San Nicolás de Bari en Toledo, y especialmente complejo el traslado en camión a Berlín de las cuatro figuras del Camino del Calvario de Gregorio Fernández y Pedro de la Cuadra, procedentes del Museo Nacional de Escultura de Valladolid. Estas figuras de madera policromada son un paso que todavía se saca a la calle dos veces al año, de modo que hubo que cuadrar fechas para que no faltaran en la próxima procesión y se pudieran exhibir a tiempo en Berlín y Múnich.La exposición sitúa el arte español de la época en su contexto político y social, pero si esta puede convertirse fácilmente en la exposición del verano en Berlín es por una cuestión de puro impacto visual. "Este arte está hecho para provocar", dice María López-Fanjul. Esta historiadora del arte ya ha observado la reacción del público alemán cuando se planta ante una obra como El martirio de Santiago el Menor, de Pedro de Orrente, que representa la brutal muerte a mazazos del apóstol. "Los alemanes se asustan cuando ven un cuadro como este. Y yo digo que está hecho precisamente para eso: para asustar", dice López-Fanjul. La exposición divide el XVII español en tres regiones geográficas: Castilla, Valencia y Andalucía. Presenta de forma cronológica la evolución artística bajo los reinados de Felipe III, Felipe IV y Carlos II, y pone el acento en temas concretos como el retrato o el bodegón. Documenta también la estrecha relación entre pintura y escultura en una época en que los pintores se encargaban de dar color a las estatuas y asumían así la responsabilidad del realismo de las figuras.Una sala de la exposición está dedicada al dibujo barroco español, con obras procedentes del depósito de los Museos Estatales de Berlín. "Es la primera vez que se estudian y se exponen", explica López-Fanjul.La exposición ha sido posible gracias a la participación de la Obra Social "la Caixa", en el marco de una colaboración más amplia con la pinacoteca alemana por la cual también se puede ver en CaixaForum Zaragoza la muestra Settecento, con obras maestras de pintura italiana del siglo XVIII www.elmundo.es
GUILLEM SANS MORABerlín
ResponderEliminar30/06/2016 03:17El Siglo de Oro. La era Velázquez tiene buenas cartas para convertirse en una de las exposiciones más visitadas del año en Alemania. "El arte español se conoce muy poco" en este país de tradición protestante y atea, dice María López-Fanjul, comisaria de la muestra. Atribuye López-Fanjul a los alemanes "una gran capacidad de entusiasmo" por la novedad, y esta exposición es excepcional en muchos aspectos y ofrece al público berlinés un elaborado diálogo entre grandes maestros como Velázquez, El Greco y Zurbarán y otros nombres menos conocidos en Alemania como Alonso Cano, Francisco Pacheco y Gregorio Fernández. Es, como dice Michael Eissenhauer, director general de los Museos Estatales de Berlín, "la mayor y más ambiciosa exposición" organizada por la Gemäldegalerie, y a partir de noviembre se trasladará a la Kunsthalle de Múnich. Reúne 135 obras procedentes de 64 colecciones privadas y museos de todo el mundo, desde El Prado hasta el MoMA de Nueva York, el Louvre y la National Portrait Gallery de Londres.Han sido cuatro años de preparación para reunir obras que pocas veces se han expuesto fuera de España. Particularmente dilatadas fueron las negociaciones para traer a Berlín el gigantesco óleo de El Greco titulado Immaculata Oballe, de la parroquia de San Nicolás de Bari en Toledo, y especialmente complejo el traslado en camión a Berlín de las cuatro figuras del Camino del Calvario de Gregorio Fernández y Pedro de la Cuadra, procedentes del Museo Nacional de Escultura de Valladolid. Estas figuras de madera policromada son un paso que todavía se saca a la calle dos veces al año, de modo que hubo que cuadrar fechas para que no faltaran en la próxima procesión y se pudieran exhibir a tiempo en Berlín y Múnich.La exposición sitúa el arte español de la época en su contexto político y social, pero si esta puede convertirse fácilmente en la exposición del verano en Berlín es por una cuestión de puro impacto visual. "Este arte está hecho para provocar", dice María López-Fanjul. Esta historiadora del arte ya ha observado la reacción del público alemán cuando se planta ante una obra como El martirio de Santiago el Menor, de Pedro de Orrente, que representa la brutal muerte a mazazos del apóstol. "Los alemanes se asustan cuando ven un cuadro como este. Y yo digo que está hecho precisamente para eso: para asustar", dice López-Fanjul. La exposición divide el XVII español en tres regiones geográficas: Castilla, Valencia y Andalucía. Presenta de forma cronológica la evolución artística bajo los reinados de Felipe III, Felipe IV y Carlos II, y pone el acento en temas concretos como el retrato o el bodegón. Documenta también la estrecha relación entre pintura y escultura en una época en que los pintores se encargaban de dar color a las estatuas y asumían así la responsabilidad del realismo de las figuras.Una sala de la exposición está dedicada al dibujo barroco español, con obras procedentes del depósito de los Museos Estatales de Berlín. "Es la primera vez que se estudian y se exponen", explica López-Fanjul.La exposición ha sido posible gracias a la participación de la Obra Social "la Caixa", en el marco de una colaboración más amplia con la pinacoteca alemana por la cual también se puede ver en CaixaForum Zaragoza la muestra Settecento, con obras maestras de pintura italiana del siglo XVIII
www.elmundo.es