viernes, 25 de septiembre de 2015

El Reina Sofía descubre la abstracción de Nasreen Mohamedi

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  1. Nasreen Mohamedi (Karachi, 1937- Baroda, 1990) fue una artista «de culto, semisecreta» y muy del gusto de Manuel Borja-Villel. Cuando la descubrió, el director de Museo Reina Sofía impulsó una investigación sobre esta «exquisita creadora a contracorriente» consagrada como una figura de la abstracción en la India, un país sin tradición en este campo y donde es insólita la dedicación de una mujer a la creación plástica. Fruto de la pesquisa de Borja-Villel es la muestra 'La espera forma parte de una vida intensa' con la que el museo español abre temporada y se apunta otro tanto en el concierto internacional.

    El proyecto del Borja-Villel suscitó la atención de Metropolitan Museum de Nueva York que coorganiza la muestra de Mohamedi con la que inaugurará su nuevo edificio -el MET Breuer, la antigua sede del Whitney- en marzo de 2016. Allí se verán las 216 obras que acoge hasta enero el museo español: dibujos en tinta y grafito en su mayoría, fotos, acuarelas, óleos y collages «que no tienen que ver con ningún minimalismo ortodoxo», según Borja-Villel.

    Es la retrospectiva más completa realizada nunca en torno a la obra de la singular artista india que, alejándose del colorista arte hindú, fue una de las primeras artistas indias que abrazó la abstracción. Un estilo marginado entonces en la India independiente, dominada por el realismo académico y la estética antropomorfa impuestas en la época colonial, y desde donde evolucionó hacia una depuración geométrica «intima, sutil, y extraordinaria», según Borja-Villel. «Su trayectoria, marcada por el rigor de la autodisciplina y el autocontrol, nos lleva a una visión personal articulada en torno a una estética parca y el uso de unos medios sobrios», explica la comisaria de la muestra, Roobina Karode.

    Influenciada por Paul Klee o Kandinsky, la obra de Mohamedi bebe también del arte asiático, indio, musulmán o japonés. Sus obras se exhiben en orden cronológico, desde finales de los 50 a principios de los 80, con especial atención a los años 70 cuando la enfermedad de Huntington mermó su capacidad motriz. Abandonó entonces las manchas para trabajar ayudándose con instrumentos de dibujo de precisión en un viaje a una geometría lineal precisa y pautada.www.laverdad.es

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