viernes, 26 de junio de 2015

Adrian Villar Rojas - Fantasma

Fantasmas

2 comentarios:

  1. En Fantasma, Villar Rojas explora cómo una exposición en un museo tradicional -donde se clasifican y conservan objetos para la posteridad- funcionaría para su práctica artística. El título de la exposición abarca varios aspectos de la ausencia y la memoria. En esencia, es una exploración de la memoria que circunda y conforma los objetos, donde cada trabajo se puede entender como un dispositivo de registro. La muestra también incluye otra obsesión, la de la propia desaparición del artista: “¿Qué quedará para mostrar de mi trabajo cuando yo ya no exista?” No menos importante es el vacío que queda después que los proyectos artísticos que ya no existen en el mundo material se han reducido a reminiscencias y documentación.

    En los altos espacios del Moderna Museet de Estocolmo, las dimensiones surrealistas y la luz artificial parecen sugerir un mausoleo. La exposición se puede ver como una instalación integral, donde los textos del hermano del artista, el dramaturgo y director Sebastián Villar Rojas, nos acompañan con anécdotas, asociaciones y hechos en la medida que avanzamos de galería en galería.

    La exhibición abre con las fotografías de dos monumentos -el David de Miguel Ángel en Florencia y el recientemente demolido monumento a Colón en Buenos Aires-, yuxtapuestos en un espacio negativo en forma de cámaras selladas, paredes secretas y callejones sin salida, espaciales e ideológicos.

    Un pastel de una instalación anterior de Villar Rojas es un monumento personal de otro tipo, una de las pocas obras clave recuperadas en la obra del artista, sin embargo, inevitablemente en un estado de decadencia. Contaminando el paisaje sonoro de la exposición está una instalación cinemática, en la que la cámara se mueve en silencio entre interiores y paisajes, configuraciones aparentemente intercambiables como los niveles en un juego de computadora. Son las observaciones de un viajero pero también un cuestionamiento.(...)

    La galería más grande está dominada por una escultura, un podio que parece desafiar cualquier noción del hombre como la medida de todas las cosas. Como espectadores, estamos involucrados en una coreografía en torno a una colección de objetos raros y en transformación que han llegado a ser casi imposibles de clasificar como flora, fauna o minerales. Las obras de Villar Rojas emprenden una travesía de tiempo elíptica que deshace la noción de la obra terminada.

    Hechos con materiales como frutas, yeso, pigmentos, electrónica y musgo, sus objetos se embarcan en un movimiento hacia la disolución en el momento en que se crean, pero también pueden ser vistos como algo totalmente nuevo en cada fase. Otro tipo de proceso alquímico también está presente: la transformación de materiales simples en las galerías de un museo en objetos preciosos.

    La instalación en la galería final, con sus pinturas fijadas a las paredes como murales o vitrales, se convierte en un signo más allá del lenguaje. Aquí, la exposición nos evoca una vanitas en la ideología de los museos y colecciones, sin embargo, es también un monumento a la práctica de auto-consumo del artista.


    www.artishock.cl

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  2. El fantasma de la muerte del propio sujeto -ilustrado primeramente en la posición del niño que propone su propia desaparición como respuesta a la captura inicial de la alienación- se pone en juego en la relación con el Otro de diversos modos. Es decir que el fantasma de su muerte es el primer objeto que el sujeto tiene para poner en juego en esta dialéctica: ¿Puede perderme? Y uno de los modos en que se presenta es -afirma Lacan- la anorexia mental. Lo cual habilita el interrogante respecto de qué otros modos eso puede presentarse y, específicamente, si el pasaje al acto no será uno de ellos.
    Pero una vía abierta y más evidente para establecer nexos entre el pasaje al acto, alienación y separación está indicada luminosamente por Lacan cuando, a propósito de las relaciones del sujeto con el Otro, propone retomar el rombo del algoritmo del fantasma como un borde dotado de una dirección vectorial, donde la v de la mitad inferior del rombo es el vel de la alienación y el superior el de la separación(...).Fuente.
    www.scielo.org.ar pmunoz@psi.uba.ar

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