lunes, 23 de febrero de 2015

Arte y vida de Donatello NUEVO

Estatua ecuestre Gatamelattaen Pisa

2 comentarios:

  1. El monumento ecuestre al condottiero Gattamelata es una estatua en bronce de Donatello, situada en la Plaza del Santo en Padua. Es una de las primeras y más importantes estatuas ecuestres de todo el Renacimiento.1 Es la primera estatua en honor del condottiero del mismo nombre.

    Es una escultura de bulto redondo realizada en bronce, cuya fundición2 se realizó en el taller de Andrea della Caldiere y tiene unas dimensiones de 340 x 390 cm, y se apoya sobre un zócalo de base de 7,80 x 4,10 metros.

    Se erigió en honor del condottiero de la república véneta Erasmo de Narni después de una elaboración que duró desde 1447 hasta 1453.

    Está inspirada en las esculturas de los caballos de la iglesia de San Marcos de Venecia, aunque su inspiración ha sido atribuida erróneamente a la escultura ecuestre romana de Marco Aurelio que preside la plaza del Campidoglio en Roma. Esta apreciación se funda en la elevación de la pata del caballo, que no toma la altura de la escultura romana, sino que se asemeja más a los caballos de San Marcos, cuyas patas traseras parecen estar a punto de avanzar.

    El naturalismo, así como la serenidad del jinete y del caballo –a pesar de que se representa en marcha- son típicas del Quattrocento y la penetración psicológica del personaje representado es característica de las obras del autor. Es un retrato y está realizado para glorificar al personaje representado; en este caso también se trata de resaltar la virtudes del militar, que con gesto austero conduce al caballo sin violencia pero con autoridad, remarcada ésta por la posición del bastón de mando. El retrato del personaje, heredado del realismo romano, deja traslucir la psicología del representado, que muestra una expresión abstracta pero consciente de su alta y difícil misión en defensa de la ciudad a la que sirve.

    Se trata probablemente de la primera estatua ecuestre de grandes dimensiones fundida desde la antigüedad y es una de las primeras obras escultóricas de la época moderna que están desvinculadas de una integración arquitectónica (como por ejemplo, soportando un nicho): la obra se propone como forma autónoma que se relaciona en el espacio sólo con su propio volumen, sin otros límites.

    El guerrero se mueve lentamente en la plaza, en una marcha de conquista, unido al caballo que avanza firmemente y sin excitación. La lentitud de la marcha del caballo, la calma de todo el conjunto deja claro, no obstante, al espectador que el triunfo del Gattamelata es la victoria de un hombre que ha salido exitoso gracias a su inteligencia.


    Detalle de Gattamelata, fotografía tomada por Nina Aldin Thune.
    Gattamelata avanza con la cabeza descubierta: la presencia de un yelmo que cubriese los rasgos de la cara habría dejado al guerrero en nada más que una máquina de guerra, gobernada de una voluntad superior como la divina que caracterizó la Edad Media. El rostro concentrado del Gattamelata expresa, por el contrario, la determinación del que se enfrenta a la batalla siguiendo un esquema mental victorioso por estar largamente meditado.

    El rostro es el de un hombre avanzado en años. No se trata en este caso de una representación realista de las auténticas facciones del condottiero, sino más bien de una madurez conquistada con los años, atravesada de una lucha cotidiana e infinita. Al héroe joven y físicamente perfecto de la Antigüedad Clásica, le sustituye entonces la consciencia del hombre racional: el héroe moderno, representado en su ser simplemente hombre.

    También se puede ver la alegoría de un Tirano. Lleva al caballo (que es el pueblo) con mano dura y rienda corta, espoleándolo con grandes espuelas, y sobre la pata delantera del caballo se encuentra una esfera que representa al mundo a sus pies... Es preferible que el pueblo le tema antes de que sea amado, según el propio Maquiavelo.

    es.wikipedia.org

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  2. Una de las novedades que se produjeron en la escultura renacentista italiana del siglo XV fue el empleo de un tipo de retrato que no se empleaba desde la época romana. Se trata de la representación ecuestre de los denominados condottieros. Con esta palabra se suele designar a un personaje militar de rango elevado, que actúa como mercenario al servicio de una determinada ciudad, poniéndose para ello al frente de las tropas que ha reclutado. Verdaderos señores de la guerra, los condottieros son un producto de los siglos bajomedievales, que proliferaron sobre todo en la Italia del siglo XV, dada la atomización del espacio político. Frecuentemente miembros de familias de la nobleza, algunos de ellos alcanzaron fama y honores y merecieron que fuesen representados en esos gigantescos retratos a los que nos referimos.
    El principal motivo de su estancia en Padua fue el erigir esta obra, la estatua ecuestre del condottiero Erasmo de Narni, llamado Gattamelata (gata melosa) por su caracter suavón y diplomático.

    Considerado como un monumento más funerario que para glorificar al héroe, Donatello creó un cenotafio, basado levemente en la tradición de la pintura del Trecento (Simone Martini, Paolo Uccello...), pero, en escultura, el retrato ecuestre se había abandonado tras la época romana y, de este modo, los precedentes más próximos se encuentran en las estatuas de emperadores, la más conocida y completa de las cuales es la famosa de Marco Aurelio a caballo, una obra a tamaño natural, realizada hacia el año 173 y que durante siglos estuvo expuesta a la pública mirada en la plaza del Capitolio en Roma. Es en ella en la que se inspiran los escultores italianos del Quattrocento para crear sus propios modelos, una interesante variante de la plástica renacentista.
    Como primero de estos retratos ecuestres, nos encontramos el de Erasmo de Narni, más conocido por el sobrenombre de Gattamelata (gata melosa, por su talante suavón y diplomático). La escultura fue realizada por Donatello (1386-1468) entre los años 1447 y 1453, para ser colocada en la plaza existente ante la basílica de San Antonio, en Padua, donde aún sigue. La obra es al mismo tiempo el sepulcro del Gattamelata, lo que explica la altura del conjunto, que alberga la cámara mortuoria. Vemos en la escultura como el personaje avanza a caballo portando el bastón de mando en su mano derecha y ciñendo al cinto una espada, mientras su mirada se pierde en el horizonte. Todo aquí refleja serenidad y equilibrio. Es más, algunos elementos remiten a la retratística romana, como el interés por captar la psicología del personaje, o la propia coraza que éste porta. Parece como si Donatello hubiese puesto todo su interés en dotar al condottiero de dignidad y majestuosidad, elementos que se trasladan también al propio caballo, uno de cuyos cuartos delanteros apoya sobre una bola de bronce, material en el que está elaborada toda la escultura.
    Han pasado bastante más de 500 años desde que se erigieron esas esculturas y ahí siguen en sus respectivas plazas las imágenes de esos guerreros a caballo, que tanta influencia tuvieron especialmente en el Barroco, pero incluso hasta el siglo XX, representando a aquellos cuyo cometido era administrar la muerte de sus semejantes como forma de alcanzar la paz.
    Publicado por lineadeltiempo en 23:20

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