jueves, 9 de octubre de 2014

"NOSOTROS AFUERA" MUESTRA CURADA POR CHUS MARTÍNEZ /FEDERICO PERALTA RAMOS


UNA MUESTRA CURADA POR CHUS MARTINEZ BUCEA EN LAS RELACIONES DE LA CONCIENCIA Y EL ARTE A TRAVES DE LA OBRA DE CUATRO ARTISTAS.

LA MUESTRA FINALIZA EN NOVIEMBRE EN NUEVA YORK Y EN 2015 VIAJARA A LA ARGENTINA.

“Nosotros afuera” (We, the Outsiders) es el título de la exhibición que con la curaduría de Chus Martínez reúne en Nueva York obras de los artistas Manuel Peralta Ramos (1939-1992, Argentina), Eduardo Navarro (1979, Argentina), Lutz Momartz (1934, Alemania) y Agniezka Brzezanska (1972, Polonia).

La muestra se organiza en torno de un  huevo gigante, una obra que Peralta Ramos –un artista autodidacta- realizó en 1965. El trabajo también le da nombre a la exposición cuya propuesta es investigar dónde comienza y dónde termina la conciencia en relación con el arte. “¿Se puede decir que el arte tiene su propia conciencia? Y si tal conciencia fuera independiente de nosotros, dónde nos colocaría”.

Según indica la presentación de la muestra, en “Nosotros afuera” el huevo es un microcosmo del espacio de creación al que no se tiene acceso inmediato y que silenciosamente redibuja e invierte la idea que se tiene de lo que es el afuera y el adentro de la conciencia y la creación. Este huevo gigantesco señala más un comienzo que un fin, pero también el momento cuando el artista se declara a sí mismo cansado del lenguaje. El y sólo él puede decidir el significado de las palabras, aun si él permanece como el único que conoce el significado, todo el proceso puede terminar en un esfuerzo absolutamente solipsista.

Actualmente existe poca documentación de la obra de Peralta Ramos, creada durante su paso por el Instituto Di Tella de Buenos Aires. Algunas fotografías en blanco y negro muestran el gran huevo y a su creador en la galería. Se pueden ver algunas zonas oscuras en el yeso que lo recubre, porque la pieza no estaba seca cuando se hizo la exposición y se rompió luego de que el jurado declarara al artista el ganador del Premio Di Tella de ese año.

Según algunos testimonios, el huevo se desplomó minutos después del fallo del jurado, pero también hay fotografías que muestran a Peralta Ramos destruyendo la pieza. Lo cierto es que el huevo había sido realizado dentro del Instituto Di Tella y por su tamaño estaba condenado a la destrucción ya que no podía ser sacado del edificio.
www.artezineblog.wordpress.com.ar
huevo, Federico Peralta Ramos / Foto perteneciente a la familia Peralta Ramos
Hyeronymus Bosch(1516)
El concierto en el huevo
Quentin Metsys 1514

10 comentarios:

  1. We, The Outsiders, curada por Chus Martínez para el espacio de e-flux, en Nueva York, gira en torno a una sola obra: el famoso huevo gigante del artista argentino Federico Manuel Peralta Ramos. La escultura ovoide original, de 260 x 450 centímetros, fue construida in situ en el Instituto Torcuato Di Tella de Buenos Aires, en 1965, utilizando material desplegado y yeso. La obra, ahora recreada, sirve a la curadora como título y guión para esta exposición que investiga dónde comienza y dónde termina la conciencia en relación con el arte.

    Titulado Nosotros afuera [We, the Outsiders] (1965), el huevo es un microcosmos del espacio de creación al que no podemos acceder de inmediato y, silenciosamente, invierte nuestra comprensión de lo que está dentro y lo que está fuera de la conciencia y la creación. Este huevo gigantesco marca más un principio que un final, así como un momento cuando el artista declaró estar cansado del lenguaje.

    Nosotros afuera comparte la sala con la película Markeneier [Huevos de Marca] (1967), del cineasta alemán Lutz Mommartz; un cuaderno de viaje al núcleo de un volcán del artista argentino Eduardo Navarro; y obras de la pintora polaca Agnieszka Brzeżańska.www.artishock.cl

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  2. Al estar concebidas dentro de espacios y contextos reales, las obras de Eduardo Navarro (Buenos Aires, 1979) adquieren otra dimensión, salen del ámbito de lo privado e incluso de lo que Habermas llamaba espacio público burgués, para convertirse en espacios discursivos.
    En nuestro número especial de arte, Código 68, diez curadores seleccionaron cada uno a un artista latinoamericano cuya obra, en su opinión, mostrara una perspectiva interesante acerca del concepto de lo público. Eduardo Navarro fue seleccionado por Magnolia de la Garza. Como complemento, lo entrevistamos para conocer más acerca de su trabajo.
    Para ti, ¿qué es lo público?
    No sé bien qué es lo público; tampoco me interesa tenerlo muy claro. Me gusta cuando lo público es relativo, por ejemplo orinar en la calle. Supongo que es una convención grupal.
    ¿De qué trata tu trabajo?
    Soy escultor, las esculturas que hago reflexionan sobre la línea que divide el arte de la realidad.
    ¿Cómo ves la escena del arte contemporáneo en Argentina?
    A veces siento que hay una tendencia a pensar: “cuando esté enmarcado se va a ver bien”, como si lo que importara fuese la televisión y no el programa.
    Cuéntanos cómo fue el proceso de la pieza Art Center Chapel.
    En realidad Art Center Chapel es una versión de un trabajo anterior que se llamó University Chapel, donde transformé la sala de reuniones de una universidad en una capilla. Fue muy interesante crear un trabajo en conjunto con un cura y que mi obra fuera santificada. Entendí por privera vez el significado de tener fe en dios; lo digo sinceramente, para mi fue una experiencia espiritual de mucho respeto y mucho cuidado.
    ¿Cuál es tu trabajo más reciente y cuáles son tus planes?
    Mi último trabajo fue emprender una excavación para buscar oro en el Amazonas. Ahora estoy preparando una muestra, consiste en un camión que visita la triple frontera; dentro del acoplado de quince metros va a estar montada una fábrica textil que produce tela en rollos de cien metros. El trabajo todavía está en proceso, es muy probable que cambie mucho de ahora a mayo.revistacodigo.com

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  3. Cita de esta nota en la entrada de La Pluma de la Derecha: "Los que pasan".

    http://plumaderecha.blogspot.com.ar/2014/12/los-que-pasan.html

    Cordialmente, Ariel.

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  4. Ariel Corbat, quisiera aclararle que la nota que usted transcribe en su blog es una transcripción del envío realizado por parte de artezineblog.wordpress.com.ar
    No escribí comentario alguno en esta nota. Me gustaría tener más elementos a mi disposición, para copinar.

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  5. Pasemos ahora al campo de la neurosis. Ante el deseo del Otro surge la angustia, bajo la forma de la pregunta ¿qué me quieres? El lugar del objeto, precursoramente anunciado por la noción de kakon, aparece velado en la estructura, pero su proximidad se señala por un afecto que no engaña, la angustia.
    La insensibilidad de la sustancia embriagadora, de la que habla Freud en ?El malestar en la cultura?, es usada en la neurosis precisamente como ruptura con el Otro, particularmente el Otro sexo. Así el toxicómano elude la angustia, el deseo del Otro, según la modalidad maníaca de un rechazo del inconciente. Precisamente Lacan define a la droga como lo que permite romper el matrimonio con el pequeño hace-pipí.
    Este cortocircuito del deseo conduce a lo peor. Instala al sujeto de lleno en el malestar en la civilización. La segregación se nutre de reproches mutuos entre el adicto y el Otro social, el adicto como objetor de conciencia del goce generalizado en la civilización, y el Otro social que lo excluye bajo las distintas modalidad de la prevención, la represión, la caridad o el laissez faire.
    Entre esa multiplicidad de discursos segregativos que se tiende alrededor de la toxicomanía, la clínica psicoanalítica se dirige a la escucha de las cadenas inconcientes, atiende a las fallas de la droga, ubica las coordenadas de la elección tóxica y en definitiva se orienta con las señales de la angustia hacia la responsabilidad de cada sujeto sobre el goce que testimonia y a la vez denuncia
    antroposmoderno.com
    Curiosamente, días antes de escuchar la pastela de Rodrigo Cañete, pensaba en la relación con "El concierto en el huevo" de Hyeronymus Bosch.
    Y, además, relacioné el "coso" que menciona Peralta Ramos con el Kakon, del cual, tomé una explicación, que aparece en este comentario.
    Me pareció un párrafo de Hamlet, cuando dice: pasó un pedazo de aire que me llevó a cualquier parte. Federico Peralta Ramos
    "Soy sólo loco por astucia
    cuando sopla el nor-noroeste;
    cuando sopla el viento sur,
    Se distinguir una garza de un halcón"
    La obra de arte no refleja a un sujeto previo, sino que promueve nuevos interrogantes sobre el sujeto.
    El arte, muestra, ilustra, produce concepto. Engendra un sujeto con una desconocida relación a un saber "no sabido".


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  6. Gracias por el material de la Pastela, desconocía, las referencias que allí se citan.
    Intentaba pensar en relación a esta oferta que realiza por el Charolais en la Sociedad Rural, con el dinero del padre.?
    En realidad es el patrimonio familiar, del cual forma parte, está contenido en el globo?
    Intentó liberarse de ese lugar de objeto del Otro? Se lo puede llamar un acting out.
    Abre un juego, para no quedar pegado allí en el huevo; de la pura endogamia. No resulta sencillo el pase a la exogamia.
    Intenta constituir una falta. Hay algo que no anda. Ese lugar de borde que provocan los artistas, que provoca su internación por parte del padre. Tenemos muchos casos.
    Joyce, estaba loco? en este blog
    Una amiga que ha partido en estos días, y transitaba un lugar que promovía que sus parientes cercanos pensaran en una consulta neurológica.Siempre la consideré una artista.
    Maradona, también, con sus dichos provoca el pedido de pericia psiquiátrica.
    En su Seminario R.S.I. Real-Simbólico-Imaginario- dirá Lacan: el coso ese no es nada menos que lo reprimido primordial, la Urverdrangt. lo reprimido originario; sus manifestaciones constituyen ese "no sabido" que aparecerá en los sueños, en esos cantos enigmáticos de Federico Peralta Ramos, que se parecen a bramidos, juegos vocales; será el coso, acompañado con juegos de lenguaje.
    A mi me gusta acá, acá, bajo este cielo, como Da-sein, es decir, el ahí del ser, y por tanto no ya como comienzo, iniciativa, sino como acogida y respuesta a través de su pensar y lenguaje, en calidad de no señor sino de habitante de un mundo, en medio de las cosas, que ya son, y con otros hombres.
    El habitar es el modo en que los ,mortales, rasgo esencial del hombre en tanto ser histórico, son decía Heidegger en una conferencia titulada "Habitar construir pensar", en 1951. Lo propio de ese modo lo indicaría la palabra alemana BAUEN, construir, y que significa habitar en el sentido de permanecer y detenerse. Es el hombre en tanto habita.
    Referncia Diana V. Picotti C. El planteo heideggeriano del Geviert

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  7. De esta obra existen dos copias realizadas tras la muerte del pintor. Una copia se conserva en Lille y la otra en París. En ambas, el concierto tiene lugar encima de un huevo como han visto más arriba pero en la copia de Lille, podemos contemplar un libro de música del que conocemos la obra y el compositor. Se trata de una canción de Thomas Crecquillon (1510-1557) y que dice así:

    “Touttes les nuictz que sans vous je me couche”


    Dejando a un lado la erótica anécdota (porque no hablamos de melancolía sino de amor carnal), los instrumentos musicales adoptados por El Bosco son representaciones simbólicas que Fernández de la Cuesta clasifica de la siguiente manera:

    aquellos instrumentos que no son tocados por nadie y que denomina símbolos estáticos y
    aquellos otros que son representados en movimiento, bien sea por el canto, la danza o la mera interpretación de los mismos.
    En cualquier caso, el simbolismo les viene dado por sí mismos o como elementos que él denomina, subsidiarios, al participar en una escena con intérpretes en acción.


    Como dato curioso, en el universo del artista aparecen pintados los aerófonos veintinueve veces, dieciocho los cordófonos, dos veces los membranófonos y una vez los idiófonos. Partituras escritas quedan representadas en cuatro ocasiones y también cuatro veces aparecen personajes cantando y otras tantas bailando.

    De los instrumentos que nadie toca podemos hablar del arpa, la chirimía, el tambor, la zanfoña, la bombarda, el laúd, el sacabuche y la gaita. E instrumentos con intérprete, Fdez. de la Cuesta, nos dice que la trompeta, el arpa, el salterio, la chirimía, la gaita, la zanfoña, el laúd, el cuerno, el triángulo y el tambor.


    En el magnífico estudio del que recojo estos datos, titulado La música, elemento natural de lo fantástico en la pintura de El Bosco perteneciente al libro El Bosco y la tradición pictórica de lo fantástico y que los Magos de Oriente han tenido la bondad de regalarme, se apunta no sólo la presencia de dichos instrumentos sino la ausencia de otros bien conocidos en la época del pintor. Entre ellos, el órgano de tubos en cualquiera de sus modalidades. Parece ser que la razón de esta ausencia podría responder al carácter del propio instrumento. Su uso en la liturgia le hubiera “librado de la quema”, no así otros instrumentos interpretados por ministriles de diversa condición.

    Los cordófonos (instrumentos de tecla) tampoco son muy frecuentes. Ni el clavicordio, ni el clavicytherium, aunque la zanfoña (instrumento de tecla que se toca con una sola mano mientras la otra impulsa una manivela) es representada en varias ocasiones. Es particularmente excitante la descripción de este último ¿no creen, amigos aretinos?, de ahí que también los cuernos (cornettos) y otros aerófonos acompañen las tareas paródicas de aquellos ministriles que los Santos Padres de la Iglesia consideraban, con acierto o no –según se mire-, representaciones de la lascivia y el pecado y bajo la sutil capa de la fe fueran carne de la crítica y de la burla.



    Autor: http://vailima.blogia.com/

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  9. El cambista y su mujer (Quentin Massys)
    El cambista y su mujer
    Quentin Massys 001.jpg
    Autor Quentin Massys, 1514
    Técnica Óleo sobre tabla
    Estilo Renacimiento
    Tamaño 71 cm × 68 cm
    Localización Museo del Louvre, París, Flag of France.svg Francia
    [editar datos en Wikidata]
    «El cambista y su mujer» redirige aquí. Para la obra homónima fechada en 1539, véase Marinus van Reymerswale.
    El cambista y su mujer es quizá la obra más conocida de Quentin Massys. Es un óleo sobre tabla que mide 71 cm de alto y 68 cm de ancho. Data del año 1514 y se conserva en el Museo del Louvre de París.
    Se trata de una de las primeras escenas de género de la historia del arte. Se representa el taller u oficina de un cambista. El marido está pesando monedas, y su mujer le mira, más interesada en el dinero que en el libro de devoción que tiene entre las manos.

    Fragmento de la obra: un espejo muestra «el exterior» del cuadro.
    En esta pareja se representa el conflicto insinuado sutilmente entre la avaricia y la oración; en la producción de Massys, ilustra la introducción de una nueva nota satírica en sus pinturas. El estilo recuerda al de los primitivos flamencos, aunque la figura humana ha ganado en monumentalidad.
    Los objetos detallados componen un auténtico bodegón, como se ve en el libro ilustrado, jarrones, oro y joyas, además del espejo que hay en el primer plano. Produce el efecto de ilusión sobre el reflejo de algo que supuestamente queda en las afueras del cuadro. Este detalle, que permite mostrar el virtuosismo del pintor, apareció en otras pinturas flamencas precedentes como El matrimonio Arnolfini, el Díptico de la Virgen con Maarten van Nieuwenhove o Un orfebre en su taller.
    Referencias[editar]
    Rynck, Patrick de: Quentin Massys, «El banquero y su mujer», en las pp. 120-121 de Cómo leer la pintura, 2005, Grupo Editorial Random House Mondadori, S.L., ISBN 84-8156-388-9
    Walter, Ingo F. (editor): Quentin Metsys, «El cambista y su mujer», en la p. 200 de Los maestros de la pintura occidental, Tomo I, 2005, Taschen, ISBN 3-8228-4744-5
    es.wikipedia.org
    Son dos personajes antinómicos y Metsys flamenco. 1465-1530, los pinta en colores contrastantes, que ilustran la piedad y lo sagrado, por un lado, y lo profano; y los negocios por el otro.
    La pasión del derrochador, manifestada por Federico Manuel Peralta Ramos- resulta un intento trágico por escapar del sistema mercantil, en su tratamiento del dinero obtenido en la beca. Superando al avaro que cambia su dinero por el mismo dinero.. el derrochador trata de cambiar al suyo por nada y así orquestar la desaparición del poder adquisitivo del dinero. Frank Norris en su novela Vandover y el bruto, hace surgir aquí la noción de mercado, en pleno Naturalismo.
    Citado por Jameson,Frederic en La lógica cultural del capitalismo de avanzada.

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