martes, 2 de septiembre de 2014

Roland Barthes, "EL PLACER DEL TEXTO"

3 comentarios:

  1. Nos detendremos en una concepción del deseo , que no es independiente del placer y el goce y que se encuentra en "Psicoanálisis y Medicina" un texto en el que Lacan quería hacerse entender. Allí se pregunta qué es el deseo y lo articula de la siguiente manera :"El deseo es del algún modo el punto de compromiso, la escala de la dimensión del goce.en la medida en que en cierto modo permite llevar más lejos el nivel de la barrera del placer".
    Este deseo no implica su realización si está sostenido desde allí, desde la ficción, desde el fantasma, tanto para Lacan como para Barthes.
    El sujeto, sostenido por un deseo, juega su consistencia y su pérdida en la ficción de su lectura. Un deseo que puede ser tanto del sujeto como del texto.
    "El texto que usted escribe, debe probarme que me desea". Aquí estaba el secreto, en el deseo del autor que debe atrapar a un lector desprevenido con su texto. Maravilloso¡
    Fuente:Flor Codagnone, Nicolás Cerruti, Literatura y Psicoanálisis, "El signo de lo irrepetible",Buenos Aires, Letra Viva, 2013

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  3. Textos de goce-
    "El placer en pedazos; la lengua en pedazos; la cultura en pedazos.. Los textos de goce son perversos, en tanto están fuera de toda finalidad imaginable, incluso la finalidad del placer.( Sade, en los 120 días de Sodoma,)o, en los textos de Massot el goce puede aburrir, esa repetición, necesidad de mostración, repeticiones en el discurso no obliga al placer, son pesadas, molestan. Es el goce perverso. El goce del texto no es precario, es peor, es precoz; no se produce en el tiempo justo, no depende de ninguna maduración.
    Todo se realiza de una vez y este arrebato es evidente en la pintura actual; desde el momento en que es comprendida, el principio de la pérdida se vuelve ineficaz, es necesario pasar a otra cosa.
    Todo se juega, se goza, en la primera mirada.
    Placer de texto, Delicadeza, Inteligencia. Ironía. cuando más cultura, más grande y diverso será el placer. Podemos citar a Proust en el escritorio perfumado por las flores de iris. Refuerzo del yo por el fantasma; inconsciente acolchado. Este placer puede ser dicho.
    El sujeto reaparece no ya como ilusión sino como ficción. Esa ficción no es la ilusión de una unidad; es por el contrario el teatro de la sociedad donde hacemos comparecer nuestro plural: nuestro placer es individual, pEl mapa y el territorio de Michel Houellebecq:
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    Roland Barthes, "Texto de placer, Texto de goce".

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