jueves, 6 de marzo de 2014

MUSEO DEL ARTE / DIEGO VELÁZQUEZ / RAFAEL SANZIO

Museo del Arte


Posted: 28 Feb 2014 01:17 AM PST
National Gallery of Art, Washington
H. 1649-1650
49 x 43 cm. Óleo sobre lienzo

Diego Velázquez
El retrato es un estudio, o más bien una repetición parcial, del que el español pintó al pontífice durante el segundo viaje de aquél a Italia, en 1649-1650. El original, en la Galería Doria-Pamphili de Roma, es uno de los más admirables retratos velazqueños por la honda exploración temperamental del personaje y por la suntuosa realización de la pintura, entonada en rojos. En la cabeza de Washington se aprecia la intensidad de la fisonomía y su justo modelado por matices perfectamente medidos.
 
Posted: 28 Feb 2014 01:17 AM PST
Stanza della Segnatura, El Vaticano
1509. 
770 cm. de base. Fresco

Rafael Sanzio
Considerada por muchos la obra maestra de Rafael, La escuela de Atenas, representa la búsqueda de la verdad en el plano racional. Debido a su rigor compositivo, la obra es expresión del orden del pensamiento humano. 
La representación de los filósofos de la antigüedad se escenifica en el interior de un grandioso edificio que termina en poderosas bóvedas de cañón. Miguel Ángel es representado como Heráclito, encerrado en sí mismo en actitud pensativa, casi una cita del estilo del artista, que en esos mismos años afrontaba la realización de la bóveda de la capilla Sixtina. En el grupo de la derecha se reconoce a Euclides, llamado para medir con el compás una geometría; a sus espaldas aparecen Zoroastro con el globo celeste y Tolomeo con el globo terrestre. En la penúltima figura, se reconoce el célebre autorretrato de Rafael. Erguidos en el centro de la composición aparecen los dos filósofos más grandes de la antigüedad: Platón y Aristóteles; el uno, con los rasgos de Leonardo, señala el cielo, mientras en la mano sostiene el Timeo; el otro vuelve la mano hacia el suelo, teniendo en la otra la Ética. Los gestos sintetizan la esencia de su pensamiento: en un caso trascendente, en el otro inmanente.

3 comentarios:

  1. Si Leonardo encarna el Renacimiento desde el punto de vista intelectual, Raffaello Sanzio, más conocido como Rafael (1483-1520), representa la búsqueda de la belleza que caracterizó a esta misma época, y en definitiva el hallazgo de la misma. Pues aunque su vida fue muy breve,(murió a los treinta y siete años), su producción, fue enorme, continua,siempre de la máxima calidad imaginable, y en todas las ocasiones concluyó sus obras.
    Había nacido en el gran centro cultural que fue Urbino, pero aprendió el oficio en Perugia con Pietro Vanucci, más conocido como el Peruggino(1446-1525) Peruggino fue el fruto del taller de Verrocchio y del grupo de pintores que reunió Sixto IV para pintar las paredes de la Capilla Sixtina.
    La obra de Rafael se divide en dos grandes categorías: los frescos a gran escalay demás obras decorativas realizadas para el Vaticano bajo la dirección de Julio II, y los cuadros y pale de carácter piadoso pintados al caballete, sobre todo de la Virgen y el Niño, acompañados, a veces de un personaje secundario.
    Con Rafael, lo que vemos es sus obras del Vaticano y, la" Escuela de Atenas", son grandiosas organizaciones de figuras pintadas que han guiado a los "pintores históricos" de toda Europa, como se denominaron a sí mismos, desde el siglo XVI hasta finales del XVII.
    FUENTE, Paul Johnson, El Renacimiento, Buenos Aires, Mondadori, 2005

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  2. Visitar el Museo del Prado siempre es un refrigerio para el alma; y contemplar los cuadros de Diego Velázquez (1599-1660) un baño de belleza, de ingenio, de fruición emocional. Entre las treinta obras expuestas, no todas del ínclito pintor sevillano , más la joya de dimensión universal de “Las Meninas”, que resaltan la dimensión de Velázquez como retratista de la Casa Real durante los once últimos años de su vida, la lúcida guía que nos lo explica y que con tanta maestría fue introduciéndonos en los secretos de la pintura de Velázquez, puso un énfasis especial en el retrato del papa Inocencio X (1574-1655), resaltando su expresión adusta, hosca, de mirada severa, ceño fruncido, de expresión insociable, reflejo tan fiel del personaje, que cuando el cuadro fue presentado al propio Inocencio X, le hizo exclamar: “Troppo vero!” (¡Demasiado verdadero!), ya que le mostraba tal cual era, sin embellecimiento alguno), aunque no pudo negar la calidad del mismo. El pontífice obsequió a Velázquez con una medalla y una cadena de oro, que figurarían entre los bienes del pintor cuando éste falleció. Dicho retrato fue calificado por el pintor inglés Joshua Reynolds como el mejor existente en Roma.


    Velázquez pintó el óleo de Inocencio X en el verano de 1650, cinco años antes del fallecimiento del papa. El cuadro aparece firmado en el papel que sostiene el papa, donde se lee: “Alla santa di Nro Sigre / Innocencio Xº / Per / Diego de Silva / Velázquez dela Ca / mera di S. Mte Cattca”. El valor del cuadro es la capacidad de Velázquez por penetrar psicológicamente en el personaje para mostrar los aspectos ocultos de su personalidad.

    inocencio x rostro detalle 2 300 El papa Inocencio X visto por Velázquez
    Diego Velázquez, El papa Inocencio X (detalle del rostro del papa 1)
    Pero ¿quién era en realidad Inocencio X, de nombre secular Giovanni Battista Pamphili? Aunque resulte un dato circunstancial y accesorio, digamos que era descendiente de los Borgia, concretamente del papa Alejandro VI. Fue papa de la Iglesia católica desde el 15 de septiembre de 1644 al 7 de enero de 1655, y ejercía como tal cuando Velázquez disfrutó de un estimulante retiro en Roma, fuera del rigor artístico al que estaba sometido en la corte española como pintor de la familia de Felipe IV. Contaba ya 70 años cuando fue elegido papa. En su curriculum figura haber sido consistorial y auditor del Tribunal de la Rota. Su elección como papa no estuvo exenta de polémica a causa de los enfrentamientos entre las facciones de cardenales españoles y franceses.


    Diego Velázquez, El papa Inocencio X (detalle de la mirada del papa)
    Ignorado por los mandatarios europeos a la hora de firmar la Paz de Wesfalia (1648), con la que se daba fin a la Guerra de los Treinta Años, Inocencio X se opuso rotundamente, sin que su oposición supusiera ninguna consecuencia, lo cuál demuestra que a esas alturas la influencia papal había dejado de ser determinante en temas de orden internacional.



    Aparte de algunas veleidades de orden político, Inocencio X es recordado por una de sus más significativas decisiones en el terreno doctrinal, como fue la condena del jansenismo mediante la publicación de una bula, la Cum occasione en el año 1653. Cornelius Otto Jansen (1585-1638) obispo de Ipres (noroeste de Bélgica) y su amigo Cirano (abad y obispo de la región de Tours, Francia), trataron de combatir el realojamiento moral de los jesuitas haciendo énfasis en la conversión, la necesidad y la irresistibilidad de la gracia; querían la purificación del romanismo bajo líneas agustinianas, pero en contra de los reformadores mantuvo todo el eclesiasticismo de Agustín, aceptando la iglesia papal como la extensión de la encarnación y que sólo a través de ella era comunicada la salvación. (...)




    Noviembre de 2013.periodistas-.com.es

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