Último tren a Venezia

Un paseo visual por La Biennale gracias al ojo-click del artista plástico mercedino Leonardo Damonte residente en París, ganador del Premio Braque.

Fotos de las obras en los espacios de la Bienal, Arsenale y Giardini.
Fotos por Leonardo Damonte


Texto de Massimiliano Gioni, director artístico y curador de la Bienal de la Venecia.

El 16 de noviembre de 1955, artista autodidacta italoamericano Marino Auriti presentó un diseño con la Oficina de Patentes de EE.UU. que representa el Palazzo enciclopédico (El Palacio Enciclopédico), un museo imaginario que estaba destinado a albergar todo el conocimiento del mundo, que reúne a los más grandes descubrimientos de la raza humana, desde la rueda hasta el satélite.
Encerrado en su garaje en el centro del campo de Pennsylvania, Auriti trabajó en su idea desde hace años, la construcción de la maqueta de un edificio de 136 pisos que se situaría a setecientos metros de altura y tomar a lo largo de dieciséis bloques en Washington, DC. El plan de Auriti nunca se llevó a cabo, por supuesto, pero el sueño universal, que todo lo abarca cultivos conocimiento a lo largo de la historia del arte y de la humanidad, como una que excéntricos como Auriti comparten con muchos otros artistas, escritores, científicos y autoproclamados profetas que han tratado a menudo en vano, a la moda una imagen del mundo que captura su infinita variedad y riqueza.

Estas cosmologías personal, con sus delirios de omnisciencia, arrojan luz sobre el constante desafío de conciliar el yo con el universo, lo subjetivo con lo colectivo, lo específico con lo general, y la persona con la cultura de su tiempo. Hoy, cuando lidiamos con un flujo constante de información, esos intentos parecen aún más necesaria y aún más desesperada. La 55 ª Exposición Internacional de Arte explora estos vuelos de la imaginación en un espectáculo que, como el Palacio Enciclopédico Auriti, combina arte contemporáneo con artefactos históricos y objetos encontrados.

Con las obras de expansión durante el siglo pasado junto a varios nuevos encargos, y con más de ciento cincuenta artistas de más de treinta y ocho países, la exposición se estructura como un museo temporal que inicia una investigación sobre las muchas formas en las que se han utilizado imágenes para organizar el conocimiento y dar forma a nuestra experiencia.

En el límite entre artistas profesionales y aficionados, forasteros y los iniciados, la exposición tiene un enfoque antropológico para el estudio de las imágenes, centrándose en particular en las esferas de lo imaginario y las funciones de la imaginación. ¿Qué margen queda para las imágenes internas - para los sueños, alucinaciones y visiones - en una era asediado por los externos? ¿Y cuál es el punto de crear una imagen del mundo cuando el mundo mismo se ha convertido cada vez más a una imagen?

La exposición se inaugura en el Pabellón Central con una presentación de Carl Gustav Jung Libro Rojo , un manuscrito ilustrado que el famoso psicólogo trabajó durante más de dieciséis años. Una colección de visiones autoinducidos y fantasías, de Jung Libro Rojo aparece por primera vez en Italia, y por primera vez en la historia junto con obras de arte contemporáneo-marca el inicio de una reflexión sobre las imágenes y los sueños interiores que se ejecuta durante todo el show.

La exposición reúne muchos ejemplos de obras de arte y expresiones figurativas que revelan métodos para visualizar el conocimiento a través de representaciones de conceptos abstractos y las manifestaciones de los fenómenos sobrenaturales. En las salas del Pabellón Central, entrelazadas con las obras de artistas contemporáneos son las pinturas abstractas de Hilma af Klint, interpretaciones simbólicas de Augustin Lesage del universo, las adivinaciones de Aleister Crowley. Sin embargo, El Palacio Ecyclopedic no es una serie sobre artistas como medios. Más bien, las obras de estos artistas ayudan a ilustrar una condición que todos compartimos: nosotros mismos somos los medios de comunicación, imágenes canalización, o incluso a veces la búsqueda de nosotros mismos poseído por imágenes.

Los dibujos de regalo de éxtasis de las comunidades Shaker transcribir mensajes divinos, mientras que los dibujos de los chamanes de las Islas Salomón están pobladas por dioses y demonios. La representación de lo invisible es un tema central de la serie, como se evidencia en los cosmografías de Guo Fengyi y Emma Kunz, los iconos religiosos y danses macabras de Jean-Frédéric Schnyder, y el vídeo de un grupo de personas ciegas que pinta un mundo de Artur Zmijewski que no pueden ver. La idea de que las imágenes están viviendo, respirando entidades, dotados de cualidades mágicas y capaces de influir, transformación, e incluso la curación, puede parecer un concepto anticuado envuelto en supersticiones arcaicas. Sin embargo, ¿cómo podemos negar el poder carismático de una imagen cuando todavía llevamos fotografías de nuestros seres queridos, en nuestros teléfonos celulares?

Un sentido de asombro cósmico impregna muchas de las otras obras expuestas, de las películas de Melvin Moti a las reflexiones de Laurent Montaron sobre la naturaleza, hasta llegar a los paisajes sublimes de Thierry De Cordier. Los paisajes oníricos de cerámica de Ron Nagle, los intrincados patrones de Anna los mapas mentales de Geta Bratescu y los palimpsestos pintadas de Varda Caivano Zemánková, describen un mundo interior donde las formas naturales se superponen con las presencias imaginarias. Estos vínculos secretos entre el microcosmos y el macrocosmos también animar figuras hieráticas de Marisa Merz y unos carnales de Maria Lassnig: ambos a su vez los autorretratos y los órganos en sistemas de cifrado del universo.

El ejercicio de la imaginación a través de la escritura y el dibujo es un motivo recurrente en la exposición. Christiana Soulou da vida a los seres imaginarios catalogadas por Jorge Luis Borges, mientras que José Antonio Suárez Londoño se traduce en imágenes de los diarios de Franz Kafka. La rara colección de piedras del escritor francés Roger Caillois combina la geología con el misticismo, mientras que los diagramas de pizarra de Rudolf Steiner febrilmente relacionan el sueño idealista de captar y transmitir el universo en su conjunto.

Inspirando a estas obsesiones es el poder de la imaginación.

Artistas tan diversos como Morton Bartlett, James Castle, Peter Fritz, y Aquiles Rizzoli pasado años soñando con mundos alternativos. Las tensiones dinámicas entre el interior y el exterior son objeto de obras que exploran el papel de la imaginación en las cárceles (Rossella Biscotti) y en los hospitales psiquiátricos (Eva Kotátková). Otros lugares de reclusión, reales o imaginarias, fueron concebidos por Walter Pichler, que pasó gran parte de su vida la creación de hábitats para sus esculturas, como si fueran seres vivientes de otro planeta.

En los espacios de rediseño del Arsenale, la exposición traza una progresión de formas de la naturaleza, a los estudios del cuerpo humano, al artificio de la era digital, siguiendo vagamente la disposición típica de los gabinetes de los siglos XVI y XVII de curiosidades. En estos microcosmos eclécticos, los artefactos y las maravillas naturales se combinaron para componer nuevas imágenes del universo a través de un proceso de pensamiento asociativo que se asemeja a la cultura actual de la hiper-conectividad.

Catálogos, colecciones, y taxonomías forman la base de muchas obras expuestas, incluyendo las fotos de JD 'Okhai Ojeikere, instalaciones de Uri Aran, enciclopedia personal de Carl Andre, vídeos de Kan Xuan, bestiarios de Shinichi Sawada, y laberintos de Matt Mullican. Pawel Althamer reúne un retrato colectivo de una serie de noventa esculturas.

A partir de Jung Libro Rojo , a los conjuntos del libro de recuerdos de Shinro Ohtake, a los volúmenes de collage de Xul Solar, la exposición celebra el libro - objeto ahora en peligro de extinción - como depositario del conocimiento, una herramienta de auto-exploración, y un escape en los reinos de fantasía. Yüksel Arslan ilustra las placas enciclopedia de una civilización imaginaria que se asemeja a una versión ligeramente distorsionada de la humanidad. La aspiración de crear una obra maestra que, como el Palacio de Auriti, puede contener y describir todo, también fluye a través de la crónica visual de R. Crumb del libro del Génesis, cosmogonías de Frédéric Bruly Bouabre y las leyendas contadas por Papa Ibra Tall. Estudios recientes vídeo de Camille Henrot los mitos de la creación de las diferentes sociedades, mientras que los casi doscientos esculturas de arcilla de Fischli y Weiss ofrecen un antídoto irónico a los excesos románticos de tales visiones radicales de la historia humana.

En los dibujos de Stefan Bertalan, Lin Xue y Patrick Van Caeckenbergh, encontramos intentos persistentes para descifrar el código de la naturaleza, mientras que las películas de Gusmão y Paiva, y fotografías de Christopher Williams, Eliot Porter y Eduard Spelterini, examinan los ecosistemas y paisajes con una mirada que anhela capturar todos los espectáculos de la tierra, grandes y pequeñas.

Vídeo trabaja por Neil Beloufa y Steve McQueen, y pinturas de Eugene Von Breunchenhein reflejan diferentes enfoques para imaginarse el futuro, mientras que la memoria sirve como punto de partida para Aurélien Froment, Andra Ursuta, y muchos otros artistas de la exposición.

En el centro del Arsenal, es un proyecto curatorial de Cindy Sherman - un museo imaginario de su propia invención en la que las muñecas, muñecos, maniquíes, y los ídolos conviven con fotografías, pinturas, esculturas, exvotos, y dibujos de los reclusos, componiendo un teatro anatómico en el que contemplar el papel de la imagen en la representación y la percepción de uno mismo. La palabra "imagen" está ligada, por su etimología, para el cuerpo y su mortalidad: del latín imago se refirió a la máscara de cera de los romanos hicieron para preservar la imagen del recientemente fallecido.

Cuerpos y deseos se ilustran en la investigación cinematográfica de Hito Steyerl de la cultura de la hiper-visibilidad, y en el último documental de Sharon Hayes - inspirado por Pier Paolo Pasolini película Comizi d'Amore - en la que un grupo de mujeres jóvenes hablan sobre relaciones y la sexualidad. La búsqueda de la verdad que impregnó la carrera de Pasolini también es evocada por el homenaje escultórico de Richard Serra para el cineasta y poeta.

Los cuerpos imaginados por Evgenij Kozlov están animadas por la fantasía de un adolescente embelesado, y parece como en casa junto a matronas seductoras de Friedrich Schröder-Sonnenstern y voyeurs de Kohei Yoshiyuki. Un anhelo escopofílico similares también se encuentra en las pinturas de Ellen Altfest, que entrena una mirada lenticular sobre los cuerpos de sus súbditos, como si tratara de captar y descubrir el mundo de una pulgada a la vez.

Volátiles cuerpos de Ryan Trecartin, post-humanos introducen la sección final del Arsenale, donde trabaja por Yuri Ancarani, Alice Channer, Simon Denny, Wade Guyton, Channa Horwitz, Mark Leckey, Helen Marten, Albert Oehlen, Otto Piene, James Richards, Pamela Rosenkranz, Stan Vanderbeek y otros examinan la mezcla de información, espectáculo, y el conocimiento que es característico de la era digital.

En contraste con el ruido blanco de la era de la información, una instalación de Walter De Maria celebra el silencio, la pureza gélida de la geometría. Como todas las obras de este artista legendario, esta escultura abstracta es el resultado de los cálculos de numerología complejos - un sistema autónomo en el que las infinitas posibilidades de la imaginación se reducen a una síntesis extrema.

Entre las instalaciones y performances (que incluyen John Bock, Ragnar Kjartansson, Marco Paolini, Erik van Lieshout, y otros, que se extiende hasta el Giardino delle Vergini al final del Arsenale) al aire libre de la exposición son obras que potencien y transforman el XVI tradición veneciano del siglo de los Teatros del Mundo, alegorías visuales del cosmos en el que los actores y arquitecturas temporales compuestas representaciones en miniatura del universo.

A través de estas piezas y muchas otras obras en exhibición, El Palacio Enciclopédico emerge como una construcción compleja y frágil, una arquitectura mental fantástica ya que está delirando. Después de todo, el modelo bienal en sí se basa en el deseo imposible concentrarse los infinitos mundos del arte contemporáneo en un solo lugar: una tarea que ahora parece tan vertiginosamente absurdo como el sueño de Auriti.
Texto Curatorial original de La Bienal

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por Leonardo Damonte  Xul Solar, (1887-19639 CLAIMA

ramona.org.ar

Walter De Maria-(1935-2013) Apollos´s Ectasy, 1990-Instalación que cierra la Bienal/ Foto, Francesco Gal