miércoles, 25 de septiembre de 2013

MUSEO DEL ARTE / FRANS HALS / PAUL SIGNAC / JOSHUA REYNOLDS

Museo del Arte


Posted: 18 Sep 2013 11:01 AM PDT
Museo de Sao Paulo

Frans Hals
La obra representa a un individuo de cincuenta y cinco años de edad, en busto, el cual se halla sentado en una silla, con el brazo derecho apoyado en el respaldo. La actitud y expresión del personaje son resueltas y, al propio tiempo, afables. Su rostro, cobijado bajo un amplio chambergo, aparece adornado por un gran bigote y perilla, recortados a la moda del momento. La representación pictórica produce, en suma, la impresión de que el modelo era hombre abierto y locuaz, amante de la comodidad y la buena mesa. Gracias a una ejecución desenfadada y vivaz, Hals consigue aprehender tales rasgos con notable frescura. Su secreto estriba en una extraordinaria seguridad técnica, la realización espontánea y la constante búsqueda de impresiones plásticas basadas en la vibración colorística y lumínica. Un examen detallado del cuadro indica que el pintor actuó sin basarse en estudios previos y que no se detuvo a esbozar por medio del dibujo las líneas maestras de la composición.
 
Posted: 18 Sep 2013 10:58 AM PDT
Museo D’Orsay

Paul Signac
El cuadro pintado por Signac constituye un característico ejemplo de la tendencia neoimpresionista que se denomina también puntillismo divisionismo. Su fundamento teórico reside en el fenómeno de la fusión de los colores en la retina del espectador, fenómeno conocido por pintores anteriores como Watteau o Delacroix, quienes introdujeron en su obra el principio de la yuxtaposición de toques cromáticos. El punto inmediato de partida del método de Signac se halla sin duda en la técnica de Renoir. Pero como demuestra este paisaje, el artista la lleva a límites extremos, construyendo un mosaico de pinceladas que tan sólo alcanza a producir un relativo efecto de conjunto si el cuadro es observado a gran distancia.
 
Posted: 18 Sep 2013 10:51 AM PDT
Museo de Sao Paulo

Joshua Reynolds
Las figuras de los tres niños, acompañadas por una criada de raza negra, aparecen en el espacio boscoso del parque de la mansión familiar; han recogido ramilletes de flores y, al ser sorprendidas por el artista, su actividad infantil se detiene por un instante. El artificio pictórico permite captar su imagen momentánea de forma que, en la perspectiva histórica, el cuadro cobra un carácter fotográfico. A ello contribuye sin duda la iluminación concentrada en los rostros de los tres personajes principales, modelándolos en un claroscuro que tiene algo de daguerrotipo. Por otra parte, los pigmentos utilizados por el pintor han sufrido un notable ennegrecimiento, lo que acentúa los contrastes y falsea la idea original.

4 comentarios:

  1. En estos ocho discursos, pronunciados por Joshua Reynolds en la Royal Academy entre 1769 y 1778, el más importante pintor británico de la época expone con brillantez y numerosos ejemplos clásicos su teoría estética, muy próxima al clasicismo. Años más tarde, cuando aparezcan estos discursos en forma de libro, William Blake, su discípulo más rebelde, anotará en su edición unos comentarios marginales, demoledores, en los que bosqueja su propia teoría estética, niega la de su maestro y anuncia el romanticismo.

    Si Reynolds afirma: “Recomendaría que se exija a los alumnos más jóvenes una obediencia tácita a las normas artísticas, asentadas por los grandes maestros; que aquellos modelos que han resistido el paso de diferentes épocas, se consideren como guías perfectas e infalibles; como objetos a imitar pero no juzgar.”

    William Blake comenta: “En Inglaterra no se trata de que un hombre tenga genio o talento, sino de que se muestre complaciente, educado y virtuoso como un asno, así como sumiso ante el parecer de los nobles (…) Si tal hace, será tenido por un buen hombre. Si no, se morirá de hambre.”

    Nuestra edición confronta los comentarios de uno y otro ofreciendo un compendio de las teorías estéticas de finales del siglo XVIII. La introducción nos sitúa a Reynolds en su época y costumbres, sin olvidar la célebre tertulia del Literary Club a la que Reynolds asistía semanalmente en el «Turk’s Head», en el Soho, en compañía de Samuel Johnson, Edmund Burke, James Boswell, Oliver Goldsmith o Adam Smith…

    «El arte tiene por objeto la belleza. Es tarea nuestra descubrirla y expresarla; pero la belleza cuya búsqueda nos guía es una idea que existe sólo en el espíritu. La vista jamás alcanza a contemplarla: es una idea que vive en el pecho del artista, y sobre la que trabaja afanosamente al objeto de poder revelarla, muriendo finalmente sin haber logrado su empeño.» (Joshua Reynolds)flowthpapers.wordpress.com

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  2. Pintor inglés, fue el retratista más famoso de su época y uno de los más destacados de la pintura inglesa. Nació en Plympton, Devonshire, el 16 de julio de 1723. Su padre era clérigo. Empezó a estudiar el arte del retrato en Londres en 1740 con el conocido retratista Thomas Hudson, y en 1749 realizó un viaje por el Mediterráneo con el comodoro Augustus Keppel. Después de tres años viajando por Italia regresó a Londres y montó un taller en el que expuso una serie de retratos de personajes importantes que había realizado durante sus viajes y que le aportaron fama inmediata. Decidió que su talento no estaba relacionado con el estilo de la pintura histórica, que en aquella época se consideraba el género más noble dentro de la pintura, y tomó la determinación de elevar el rango del retrato, por norma general menospreciado, y dotar a los retratistas del merecido reconocimiento social. Reynolds recurrió a la utilización de un aire común a la hora de plasmar parecidos, y empleó alusiones e idealizaciones para elevar a quienes posaban para él. Incluso asignó características teatrales o mitológicas a los modelos femeninos y los liberó de las limitaciones convencionales de poses y ropajes. La mayoría de sus retratos son de interior y la falta de interés que muestra por los paisajes está en abierto contraste con la de su contemporáneo, y también gran retratista, Thomas Gainsborough. Sus esfuerzos por enaltecer el género del retrato dieron sus frutos y a finales del siglo XVIII los retratistas eran artistas muy solicitados y bien pagados. En 1764 Reynolds fundó el Club Literario, al que pertenecieron el ensayista y crítico Samuel Johnson, el actor David Garrick, el estadista Edmund Burke, los escritores Oliver Goldsmith y James Boswell y el dramaturgo Richard Brinsley Sheridan. Al fundarse en 1768 la Royal Academy of Arts, Reynolds fue elegido presidente y se le otorgó el título de sir. En 1769 pronunció el primero de sus discursos anuales (publicados en 1778) ante los alumnos de la Academy. En dicho discurso expuso principios idealistas y moralizantes del arte académico. En 1784 Reynolds sucedió a Allan Ramsay como pintor de la corte, en ese mismo año expuso el retrato de la actriz inglesa Sarah Siddons como musa de la tragedia (1784, Galería de Arte Huntington, San Marino, California), tal vez su mejor retrato. Otras obras muy conocidas son Nelly OBrien (1760-1762, Colección Wallace, Londres), Lady Sarah Bunbury (1765, Instituto de Arte de Chicago), Cabezas de ángeles (1787, Tate Gallery, Londres) y La edad de la inocencia (1788, Tate Gallery). Artista muy prolífico, Reynolds llegó a tener seis personas posando para otros tantos retratos en un solo día. Dejó más de 2.000 retratos en diferentes formatos, poses y ambientación. En cuanto a su estilo, estaba influido por Miguel Ángel y Rubens. A pesar de que en sus obras la utilización de betún y pigmentos experimentales ha hecho que algunos colores se hayan degradado de forma prematura, sus retratos permiten tipificar a la sociedad londinense de su época. Murió el 23 de febrero de 1792 en Londres. © M.E.
    epdlp.com

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    Año de nacimiento: 1583

    Año de defunción: 1666

    Especialidad: Pintura

    Estilo: Barroco

    Principales obras de Frans Hals:

    Los cinco retratos colectivos de milicias cívicas (schutterstukken)
    El alegre bebedor
    Malle Babbe
    La gitanilla
    Caballero sonriente
    La vida de Frans Hals
    Hals nació en 1583 en Amberes (Bélgica), pero se trasladó a Holanda cuando tenía tres años. Se convirtió en discípulo de Karel van Mander en 1603. En 1610 se casó con Anneke Harmensdochter y se incorporó al gremio de pintores de Haarlem.

    Frans Hals pintó el primero de sus famosos schutterstukken en 1616 y el último en 1639. Hasta el momento de su muerte, a la avanzada edad de 84 años, enseñó sus técnicas pictóricas a varios discípulos, entre ellos, a cinco de sus catorce hijos. Está enterrado en la ciudad de Haarlem, en la que había vivido casi toda la vida.

    La obra de Frans Hals
    Frans Hals pintó retratos colectivos, retratos individuales y escenas de la vida cotidiana. No obstante, es conocido principalmente por sus schutterstukken. Se trata de retratos colectivos de los guardias pertenecientes a las milicias cívicas del momento. Recibir el encargo de pintar un schutterstuk era un gran honor y suponía una tarea titánica. Hasta en cinco ocasiones le confiaron a Frans Hals encargos de esta magnitud.

    Frans Hals se atrevió a ser diferente. Sus pinturas están cargadas de vitalidad, situadas en escenarios típicos, y los personajes parecen estar en movimiento. Sabía cómo captar un momento en el tiempo y darle vida sobre el lienzo.

    Si visitas el Museo Frans Hals, cada vez que mires uno de sus retratos colectivos te parecerá haber interrumpido una conversación entre amigos.

    Frans Hals iba por delante de su tiempo; su obra tuvo una gran influencia en muchos impresionistas de primera fila del siglo XIX, como Monet, Corbet y Manet. Todos ellos visitaron el Museo Frans Hals para admirar su arte. www.holland.com

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  4. PAUL SIGNAC.
    Seguramente te sentirás sorprendido por estos tres cuadros, puesto que, aunque se identifican muy bien los escenarios representados, choca bastante la minuciosa ejecución con que se han realizado.

    Se llamó puntillismo, divisionismo o neoimpresionismo a la técnica que emplearon algunos autores como Seurat o Signac y que consistía en completar las escenas mediante cientos de puntos de color que, contemplados desde cierta distancia, componen claramente la visión deseada. Tal vez pienses que se trata de una extravagancia, pero si te acercas a la pantalla de un televisor, sólo verás puntitos rojos, verdes y azules, lo mismo prácticamente que aquí.

    De esta forma, lo representado queda descompuesto en cantidad de pinceladas de colorines que proporcionan al que lo contempla un ambiente, una atmósfera especial y muy original.

    Paul Signac (1.863-1.935) fue un gran propagandista de esta tendencia derivada del impresionismo y calificaba esta pintura como "la de los colores del prisma". Busca siempre el "resultado más armonioso, más luminoso y más coloreado".

    Las formas se conciben como una geometría de masas puras con una síntesis perfecta de luz y color. Los cuadros puntillistas son un modelo de orden, claridad y planificación cuidadosa. No obstante, las personas aparecen estáticas e inmóviles.

    La pincelada es la base del puntillismo y, al dividir los tonos, hace que los cuadros se asemejen a mosaicos.

    Viajero y navegante, Signac pinta puertos, costas y orillas de ríos..www.cossio.net

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