martes, 4 de junio de 2013

MUSEO DEL ARTE/ JAUME HUGUET, VICENT VAN GOGH, JEAN-BAPTISTE GREUZE

Museo del Arte


Posted: 10 May 2013 11:48 AM PDT
Tabla central del retablo de los “blanquers”  
Museo de Arte de Cataluña

Jaume Huguet
El taller barcelonés de Huguet tuvo que atender numerosos encargos y enfrascarse en una producción de enormes retablos como el de la cofradía de los curtidores (blanquers), dedicado a san Agustín, en cuya composición central se complace el maestro en la descripción de las suntuosas ropas litúrgicas. Dicha obra revela, asimismo, el interés por el retrato, y se especula con la posibilidad de que el personaje situado al extremo derecho de la misma, tocado con un birrete de color negro, pueda ser el propio pintor. La fecha de terminación del retablo, 1486, hace improbable la hipótesis, dado que Huguet contaría entonces setenta y un años de edad.
 
Posted: 10 May 2013 11:36 AM PDT
Museo D’Orsay, París

Vincent Van Gogh
La modelo está, en efecto, vestida con lo que parece ser un traje folclórico, como indican el pañuelo en la cabeza, el delantal plegado y los puños rojos. Tiene en la mano dos flores del campo, alusión a la vida rústica del campo. Su vestido es una explosión de color y la superficie de la falda se transforma en un auténtico caleidoscopio. En el cuadro se ha combinado una serie de influencias pictóricas: si el cuadro revela hacia cierto punto la influencia del impresionismo, sobre todo en la representación de la piel de la mujer como una superficie viva, entretejida de luces y reflejos de los colores de alrededor, más marcada está la coincidencia de otras dos influencias, la del puntillismo y la de las estampas japonesas. Las dos enseñan a Vincent la yuxtaposición de colores puros, dando como resultado una mayor luminosidad de las superficies, que parecen casi esmaltadas. Los amigos Seurat y Signac, promotores del neoimpresionismo, estaban además acostumbrados a completar sus obras con borde pintado con puntos, cuyas variaciones de color seguían el desarrollo cromático de la obra; para hallar aquéllas, el artista se inspira haciendo los dos bordes "con flecos". En su extrema libertad, sin embargo, revelan asimismo la influencia de las estampas japonesas, que Van Gogh admiraba profundamente.
 
Posted: 10 May 2013 11:28 AM PDT
Alte Pinakothek, Múnich

Jean-Baptiste Greuze
El espectador observa una delicadeza erótica tras un leve velo de gazmoñería moral. El conocimiento de los grabados holandeses y flamencos proporcionó a Greuze el vocabulario iconográfico para la composición de sus cuadros. Símbolo tradicional de lo efímero, el reloj en la mano de esta joven de trazos infantiles hace referencia a la fugacidad e inconstancia de los placeres amorosos, con lo que se caracterizan como falsa felicidad.
Lo particular de Greuze reside en haber convertido el atractivo de un pecho semidescubierto en el «pretexto» para el título del lienzo, narrado por la cama desordenada, el corsé aflojado, las labores negligentemente abandonadas, los cinturones y cintas revueltos, y sobre todo la carta, una carta de despedida del amante.

3 comentarios:

  1. Tras una larga fase de aislamiento y hostilidad ante todo lo extranjero durante la era de los Shogunes, el Japón provocó una cierta explosión en la Exposición Universal parisina de 1867. Había nacido una moda, la sociedad elegante se adornó con kimonos, dispuso biombos en sus salones y se recreó con la ceremonia del té.
    Se dieron cuatro fases en la cultura de occidente: Descubrimiento, aprendizaje, asimilación y copia.Van Gogh atravesó los primeros pasos en París.La decisión de marcharse al sur marca el deseo de encontrar su propio Japón. Estando todavía en Amberes, había comenzado a adornar su habitación con la belleza decorativo de Ukiyo-e. Estas escenas de la vida diaria habían llegado a Occidente a millares y por consiguiente, se podían comparar a bajo precio a los comerciantes japoneses que comenzaron a proliferar. A veces se encontraban entre ellas auténticas obras maestras, xilografías del nivel del Ukiyo-e de Hokusai, Hiroshige o Utamaro. "Japonaiserie for ever" había dicho Van Gogh en Amberes en su carta 437 de noviembre de 1885, la primera que informa sobre la nueva aficción, citando el himno de los hermanos Jules y Edmond de Goncourt, los primeros en convertir el Japón en un país digno de ser presentado literariamente en sociedad.
    Ya en París se hizo de una colección de xilografías japonesas para él mismo y para su hermano, cuyo número alcanzaba varios centenares. En la primavera de 1887 las presentó en una exposición celebrada en el "Café Tambourin", también en Montmartre.
    "La Italiana" Agostina Segatori, es el cuadro donde Van Gogh va más lejos, es posible que también la modelo fuera Agostina Segatori la dueña del Café du Tambourin, igual que en un retrato anterior. También fue modelo de Corot y de Jean León Gérome. En lugar de orientarse en los rasgos de la persona retratada, el japonismo de Van Gogh se centra en otros valores. La serie de crépes como él los llamaba-láminas japonesas impresas sobre especie de papel arrugado que parecía crépe- Se pueden observar varios detalles llamativos en esta obra; por un lado la audaz bidimensinalidad del cuadro, que presenta en los bordes superior y derecho un sistema ornamental a base de flecos; no representa otra cosa que la parte estrecha del lienzo y los hilos que la sujetan al marco. Por otro lado el carácter puramente decorativo del juego cromático entre rojo y verde por oposición a la analogía cromática de los tonos amarillos. "Todo mi trabajo se basa,en los japoneses" por así decirlo escribió en el verano de 1888 desde Arles (carta 510) "el arte japonés, en decadencia en su patria, está echando raíces nuevas en los impresionistas franceses."
    Van Gogh, refiriéndose a un amigo común que había puesto en tela de juicio su apostasía de la representación fidedigna, escribió a su hermano Theo: "Dile a Serrer que me desesperaría si mis figuras fueran correctas(...) Dile que anhelo esa incorrección, esas desviaciones, remodelaciones, cambios en la realidad. Puede que se conviertan en mentiras, vale, pero en mentiras más verdaderas que la verdad literal". Con ello, Van Gogh sirvió de inspiración a uno de los movimientos artísticos más duraderas y significativos del siglo XX: el expresionismo.
    Will Gompertz, ¿Qué estás mirando? 150 años de arte moderno www.editorialturus.com.ar
    Ingo F. Walther-Rainer Metzger, VAN GOGH, La obra completa: pinturas wwwtaschen.com

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  2. Jaume Huguet , Biografía y obra


    Considerado como uno de los más representantes pintores del estilo gótico internacional en Cataluña, su producción abarca la segunda mitad de s.XV y deriva, principalmente en lo que respecta a volumen y perspectiva, del estilo del valenciano Lluís Dalmau, aunque su interés radicará antes en las figuras que en la composición. Su trazo marcado y su magnífica ejecución en el tratamiento de los personajes han llevado a considerar que inicialmente podría haberse formado como miniaturista.

    Hay que tener en cuenta que la obra de Jaume Huguet bebe de influencias derivadas del arte flamenco, en el que la miniatura disfruta de gran predicamento, al igual que la elegancia comedida y el detallismo propios de ésta, características a sumar a los rasgos naturalistas de procedencia italiana apreciables en su trabajo.

    Biografía de Jaume Huguet (h. 1415-1492)

    Nacido en la tarraconense localidad de Valls hacia 1415, su origen familiar suscita discrepancias en lo que respecta a la figura paterna, existiendo teorías que proponen que el pintor Pere, o Pedro, Huguet, originario de dicha localidad, habría sido su padre, frente a quienes sostienen que correspondería dicho nombre a un tío que habría asumido la tutela.(...)

    Su taller, muy productivo, se va a convertir en la segunda mitad de siglo en foco emisor de arte en Cataluña y parte de Aragón y centro artístico de Barcelona, contando con un gran número de colaboradores que le ayudarán en el desempeño de la ejecución de los numerosos trabajos solicitados. Obras suyas son el bancal del altar mayor de Santa María de Ripoll (1455), el retablo de los Santos Abdón y Senén, encargado por los feligreses para la iglesia de San Pedro, en Terrassa (1460-61), el del condestable don Pedro de Portugal (1465), situado en el museo de la capilla real de Santa Águeda, en Barcelona, el de San Bernardino y el Ángel custodio (1462-70) o el retablo de San Vicente Sarriá, entre muchos otros.

    A todo este amplio listado habría que sumar, además, obras como la del hoy día extinto retablo mayor de San Antonio Abad, realizado en Barcelona entre 1454 y 1457 y destruido por un incendio en 1909, aquéllas en las que tan sólo habría realizado una colaboración, caso de la preciosista tabla del retablo de San Agustín (hacia 1470), o las numerosas atribuciones adjudicadas a "su pincel", como la tabla de San Jorge y la princesa, actualmente en el Museo de Barcelona y presumiblemente ejecutada durante su etapa aragonesa, o la Anunciación del retablo de Vallmoll.

    Entre sus trabajos se cuenta principalmente un buen número de obras contratadas por gremios y cofradías, como la magnífica tabla de la Virgen y el niño con las Santas Bárbara, Inés, Lucía y otra santa mártir (hacia 1546), ejecutada para el retablo de San Miguel del gremio de los "Revenedors" o Revendedores, en la barcelonesa iglesia de Santa María del Pi, o la escena de la Flagelación de Jesús (hacia 1455), frontal del altar de San Marcos de los Zapateros de la Catedral de Barcelona.

    La verdad es que Jaume Huguet tendrá trabajo hasta el final de su vida, aceptando todas aquellas obras que le encarguen, no afectándole demasiado los efectos de depresión económica que por fuerza la guerra contra Juan II tuvo que ocasionar en Cataluña, aunque la misma implicará que el término de algunas de sus obras se prolongue, interrumpido éste por el conflicto bélico (como sucederá con el de San Vicente Sarriá, por ejemplo).





    www.arteguias.com

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  3. Pintor francés nacido en Tournus. Estudió arte en Lyon y en París, donde se convirtió en un importante pintor de género. El tema de carácter moralista de la primera obra que expuso, El padre leyendo la Biblia a sus hijos (1755, Louvre, París), destacó por su contraste con los temas alegres y decorativos del rococó, entonces en boga. La obra fue aceptada por la Real Academia de Pintura y Escultura, en la que Greuze ingresó en 1769. Realizó muchos cuadros, en los que desarrollaba una pintura de género de naturaleza un tanto artificial y moralista, de la que son ejemplos Novia de pueblo (1761, Museo del Louvre, París) y Devanando lana (1759, Colección Frick, Nueva York, Estados Unidos). Hoy destaca más por sus retratos de personajes políticos, realistas y sin pretensiones, como Robespierre y Napoleón, y de niños. Sus dibujos a pastel, de trazo suelto y gran fuerza expresiva, también son muy admirados. © M.E.
    www.epdlp.com

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