Lelong Nueva York expone los últimos trabajos de Ana Mendieta
10 Mayo de 2013
Lelong Nueva York expone los últimos trabajos de Ana Mendieta
Untitled -Labyrinth of Venus Series-, 1982 de Ana Mendieta. Lelong Nueva York
La galería Lelong de Nueva York inaugura hoy, coincidiendo con la apertura de la segunda edición de la feria Frieze Nueva York, la exposición "Late Works: 1981-85" de la artista cubana tempranamente desaparecida Ana Mendieta (La Habana, 1948 - Nueva York, 1985), de quien también se puede ver actualmente en el Castello di Rivoli Museo d'Arte Contemporanea de Turín "She Got Love", la primera gran retrospectiva europea dedicada a su obra y a quien la Hayward Gallery de Londres le dedicará otra retrospectiva comisariada por Stephanie Rosenthal, comisaria jefe de esta institución, en septiembre de este año. Además, en 2015, la Katherine E. Nash Gallery de la Universidad de Minnesota presentará una exposición dedicada a las películas de Mendieta, comisariada por Howard Oransky.
Volviendo a la exposición en Lelong Nueva York, novena individual que la galería le dedica a la obra de esta artista, cuyo legado artístico representa desde 1991, reúne esculturas, dibujos, fotografias, trabajos de técnica mixta y películas, realizados en sus últimos años de vida, en los cuales se puede apreciar su alejamiento de lo performativo para centrarse en objetos de arte independiente. Un proceso, que comenzó en 1980, cuando Mendieta realizó distintos viajes a su país de nacimiento Cuba, gracias a los cuales comenzaría la realización de obras identitarias así como la búsqueda de un aspecto de universalidad. También, algunas de las obras que ahora se exponen tienen su origen en el año 1983, tras abandonar Nueva York, al ganar una beca y residencia en la Academia Americana en Roma, un período que redefinió su proceso creativo comenzando a crear 'objetos' de arte, incluyendo dibujos y esculturas en los que siguió utilizando elementos naturales en sus obras. Dicha estancia en Roma se puede analizar más en profundidad en la citada retrospectiva en el Castello di Rivoli Museo d'Arte Contemporanea de Turín, en cartel hasta el próximo 16 de junio, que también inspiró un documental actualmente en post-producción, 'Itali-Ana Mendieta en Roma', dirigido por Raquel Cecilia.
Ana Mendieta, reconocida por sus obras de arte 'earth-body art', falleció el 8 de septiembre de 1985 en Nueva York, en extrañas circunstancias, debido a una caída desde su apartamento del piso 34 en el barrio residencial neoyorquino de Greenwich Village, donde vivía con su esposo, el escultor minimalista estadounidense Carl Andre (Quincy, Massachusetts, 1935), quien fue juzgado y absuelto del cargo de asesinato. Mendieta ha tenido más de 30 exposiciones individuales en todo el mundo, en museos como el CGAC - Centro Gallego de Arte Contemporaneo de Santiago de Compostela; Instituto de Arte de Chicago; Museo de Arte de Miami, Hirshhorn Museum and Sculpture Garden de Washington D.C.; Kunstmuseum de Lucerna; Whitney Museum of American Art de Nueva York; Des Moines Art Center de Iowa; y el Museo Tamayo de Ciudad de México, entre otros.
Ana Mendieta fue una artista cubanoamericana cuya vida terminó en condiciones trágicas cuando su cuerpo cayó al vacío desde el piso 34 de su apartamento en el Soho de Nueva York a la edad de 36 años después de una acalorada discusión con su marido Carl Andre. Andre fue el único testigo de su muerte y dijo que Mendieta se tiró por la ventana aunque aún la gente se pregunta qué pasó en realidad ese 8 de septiembre de 1985.
ResponderEliminarMendieta conoció a Carl Andre y se casaron el mismo año de su muerte. Llevaban una vida muy intensa y ambos eran artistas de éxito. Hicieron su luna de miel en el Nilo, viajaron a distinos lugares y vivieron en Roma donde tuvieron exposiciones y donde Mendieta residió por temporadas desde 1983 hasta 1985, después de haber recibido una beca de la prestigiosa Academia de Roma.
El día del fallecimiento de Mendieta, su marido tenía arañazos frescos en la zona de la nariz y de la frente y sus declaraciones a la policía contradijeron las que él mismo había dado a la operadora cuando llamó a 911 en el momento del trágico suceso. No hubo otros testigos y sólo una persona en la calle oyó a una mujer gritar “no, no, no, no” y el golpe seco de la caía del cuerpo de Mendieta en el tejado de una charcutería situada debajo del apartamento que compartía la pareja.
Carl Andre defendió su inocencia durante tres años, compadeció tres veces ante los tribunales, consiguió una fianza de su amigo y compañero Frank Stella por valor de un cuarto de millón de dólares y finalmente fue declarado inocente. Sin embargo, aún se están escribiendo artículos y libros que tratan de esclarecer este caso y que, a la vez, analizan la obra de la artista
En Iowa, Ana Mendieta tuvo una relación muy intensa con su profesor Hans Breder con quien viajó a México y a quien le debió sus años formativos y el amor que desarrolló por su tercera patria, México, un lugar que, según la autora, no era ni Cuba ni Estados Unidos, en donde podía hablar español, sentir la cultura latina donde había crecido y en donde la mayoría de la gente era de su altura y tenía un color de piel parecido al de ella. Mendieta no podía viajar a Cuba por las restricciones de los viajes a la Isla que se dieron durante el gobierno de Kennedy y pudo encontrar en México un espacio donde realizar su arte. Mendieta realizó muchas de sus Siluetas en México porque este país suponía una ubicación perfecta para sus performances, aunque también realizó algunas en Iowa. En esta serie, Mendieta utilizó una silueta como representación de la presencia de su cuerpo ausente la mayoría de las veces. Existen en estas obras un deseo de representar esta fuerza eterna femenina omnipresente y una necesidad de regresar al útero materno, una “sed de ser”, como manifestó la misma autora. [4]
Mendieta estudió en la Universidad de Iowa . Este sello de mujer y la necesidad de Mendieta de expresarse y defender a quienes ocupan los márgenes de la sociedad son características de sus obras hasta el momento de su fallecimiento.
En los años 80 y a pesar del carácter efímero de la obra de Mendieta, ésta posee ya un lugar prestigioso en la escena artítistica neoyorquina. Sus últimas obras son excavadas en las paredes de la Cueva del Aguila en el Parque Jaruco, a las afueras de La Habana, en 1981, formas que se acercan a cierto recuerdo de las representaciones artísticas de los pueblos indígenas prehispánicos. Estas imágenes excavadas en las paredes poseen los nombres de las diosas en el idioma taíno y representan la serie de Esculturas Rupestres que terminó Mendieta en su segundo viaje a la isla de Cuba en 1981 [5]. Durante los últimos años de su vida, Ana Mendieta experimentó con otros materiales como el papel quemado, las hojas secas, los troncos de los árboles, todos fuerzas de la naturaleza a la que la autora se sentía tan unida.(...)
www.pendientedemigraciones.ucm.es
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ResponderEliminarEn sus primeras obras Mendieta aborda el tema de su ;relación con la naturaleza, encuadrando su perfil en contextos naturales mediante diversas técnicas. En otros trabajos de performance experimenta con sangre en 1973 derrama varios litros en la vereda de su casa y luego fotografía las reacciones de los paseantes ocasionales. Afloran referencias conceptuales en su obra a pesar de su negación a enrolarse en este movimiento netamente masculino afirmaba la artista; sin embargo en una de sus obras de 1972, llamada "Transplante de vello facial", la artista implantó en su rostro los pelos de la barba de un amigo, era el transplante de una barba real, que la sacaba de su contexto habitual-el rostro masculino- y la trasladaba a otro distinto. Ala manera de Duchamp(con la barba de la Mona Lisa). Para Mendieta no significaba solamente un acto simbólico de apropiación de una identidad sexual, sino un intercambio de energía. ""Me gusta la idea de transplantarme pelo de otra persona pues pienso que me transmite su fuerza"