domingo, 22 de abril de 2012

MUSEO NACIONAL DE BELLAS ARTES-BUENOS AIRES-ARGENTINA

Eduardo Sívori
El despertar de la criada, 1887

Antonio Berni, Pesadilla de los injustos, (1961)Retrato de Manuelita Rosas, Prilidiano Pueyrredón, 1851- Estas obras, y gran parte de las obras que alberga el Museo Nacional de Bellas Artes, las puedes visitar en www.googleartproject.com
Sin Pan y sin trabajo
Ernesto de la Cárcova
La vuelta del malón
Angel Della Valle

9 comentarios:

  1. El Museo Nacional de Bellas Artes,recoge la más variada gama de los creadores que conforman el tesoro del Museo.Quien sea un asiduo visitante podrá ser testigos de la multiplicidad de estilos,las escuelas,las improntas y las fantasías de artistas locales y de todo el mundo.
    Podes apreciar a Jackson Pollock(Estrella fugaz) Shooting Star de 1947.Eduard Manet "La ninfa sorprendida" 1861.Ernesto de la Cárcova(argentino)Sin Pan y Sin Trabajo de 1894.
    Vasos de la Dinastía Ming,de Pablo Picasso "Mujer acostada)(1931).Lucio Fontana,Concepto espacial"artista argentino.Edgar Degas(Amarillo y rosa)1898.El Greco-"Jesús en el huerto de los olivos".Antonio Berni,Emilio Pettoruti,"Dinámica del viento" 1915,también artista argentino.Vincent van Gogh,"La Moulline de la Gallet(1886).Se pueden apreciar en el video los rostros de Amadeo Modigliani y por supuesto "El beso" de Rodin.Jamás le observé la cadera,no poseo ojos de artista,es evidente.La colección comprende,arte antiguo,arte de Asia,arte de Holanda,Arte Moderno y Contemporáneo.

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  2. Osvaldo Tesser en el rol del “limpiapinceles” o encargado del taller de Eduardo Sívori, hace un relato entretenido de sus viajes a Europa, su tarea como organizador de la Asociación Estímulo de Bellas Artes, su amistad con otros pintores como Schiaffino y Auyari.

    Con picardía se refiere a los desnudos de las modelos, al impacto que causó “Le lever de la bonne” (El despertar de la criada”, foto) en la crítica parisina y el eco escandaloso en la Buenos Aires de la época. Relata este gesto desafiante y moderno de Sívori y otras anécdotas a medida que muestra imàgenes de obras de Ernesto de la Càrcova, Severo Rodríguez Etchart y Emilio Caraffa y Manuel Blanes entre otros.www.museosivori.org

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  3. Antonio Berni, Pesadilla de los injustos,o, La conspiración del mundo de Juanito Laguna trastorna el sueño de los injustos (1961)


    La obra de Antonio Berni, Pesadilla de los injustos o La conspiración del mundo de Juanito Laguna trastorna el sueño de los injustos se incorporó hoy a la Colección del Museo Nacional de Bellas Artes.

    Fundamentos
    La obra Pesadilla de los injustos o La conspiración del mundo de Juanito Laguna trastorna el sueño de los injustos de Antonio Berni, 1961, es una obra clave en el comienzo de la serie narrativa de Juanito Laguna, como tal fue expuesta en la Galerí­a Witcomb. Es una pintura extraordinaria tanto por su calidad, su importancia histórica, sus dimensiones museográficas (dí­ptico de 300x403 cm.), su riqueza iconográfica, que la ha convertido en una obra emblemática en la producción del artista.
    Su inclusión en la colección potenciará el patrimonio de las restantes obras de los años sesenta, al entablar un diálogo con obras de artistas informalistas y de la otra figuración y, complementa a Juanito Laguna aprende a leer, de este modo el MNBA puede entonces señalar la vertiente narrativa, polí­tica y social de esta serie, conjuntamente con su lí­nea de monstruos.

    Referencias históricas
    Con la exhibición Berni en el tema de Juanito Laguna realizada en Witcomb, del 6 al 18 de noviembre de 1961, es presentado con tres óleos y nueve óleos-collages el relato del niño habitante de una villa miseria que proseguirá, hasta 1978. En la serie, Antonio Berni, muestra donde vive Juanito Laguna: en una villa miseria del Bajo de Flores. Parte de esa zona integraba el bañado de Flores y durante mucho tiempo funcionaron vaciaderos de basura, donde algunas personas hurgaban entre los desperdicios en busca de materiales para revender. Hacia 1958 y 1959 Berni toma fotos y apuntes de las villas miseria del Bajo de Flores y de otros sitios de la Capital y del Gran Buenos Aires. Justamente con los materiales que tenia allí­ a su alcance combinó color, materia y realidad en su posible funcionalidad expresiva. Berni con la serie de Juanito Laguna se sitúa entre el final del informalismo y los comienzos de la corriente neofigurativa, en la tendencia denominada figuración narrativa.

    Comentario final
    Las obras de la serie Juanito Laguna (1960-1978) narran expresiones de un mundo sin equidad y sin escala humana, Pesadilla de los Injustos o La conspiración del mundo de Juanito Laguna trastorna el sueño de los injustos, es uno de los tres óleos de gran formato con que empieza la serie.www.mnba.org.ar

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  4. Hijo de María Calixta Tellechea y Caviedes y de Juan Martín de Pueyrredón, ex Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, nace en Buenos Aires y pasa sus primeros años entre la chacra de la familia en San Isidro y su casa en la ciudad. Estudia en el Colegio de la Independencia hasta 1834. En 1835, al obtener Juan Manuel de Rosas la suma del poder público, la familia parte a Francia, donde Prilidiano completa su formación. Luego de una estadía en Río de Janeiro entre 1841 y 1844, vuelve allí a formarse como ingeniero en la École Polytechnique de París.
    Al regresar a Buenos Aires a fines de 1849, domina ya el oficio de pintor, como sugiere el retrato de Manuelita Rosas realizado apenas un año después. La obra es un encargo hecho por un grupo de ciudadanos para honrar a la hija del Restaurador, y tanto la pose como la vestimenta de la modelo fueron decididas por una comisión formada ad hoc para velar por que la imagen fuera adecuada “a la moral y al rango” de la retratada. Por la misma época Pueyrredón diseña los planos de la quinta de su amigo Miguel J. Azcuénaga, base de la actual residencia presidencial de Olivos, que comienza a construirse en 1853.
    Fallecido su padre en 1851, el artista retorna a Europa con su madre y se instala en Cádiz. En 1854 vuelve a Buenos Aires a bordo del vapor inglés Great Western, dejando en España a una mujer y una hija a las que no volvería a ver. En Buenos Aires es contratado como ingeniero por el gobierno que, según las palabras que dirige en una carta a su familia, le confía por esa época “casi todas las obras públicas que se van a hacer”. En efecto, en 1856 el Concejo Municipal le encarga el embellecimiento de la Plaza de la Victoria y la restauración y ampliación de la Pirámide de Mayo, a la que se agregan cinco estatuas realizadas por Joseph Dubourdieu. Pueyrredón proyecta, además, muchas otras mejoras en la ciudad, como la ampliación del Paseo Guardia Nacional, la construcción de puentes y canales para la salida de aguas, la construcción de una penitenciaría para mujeres y niños y la de una nueva Casa de Gobierno donde se encontraba el Fuerte. Algunos de esos proyectos nunca se llevaron a cabo.
    En 1857 obtiene un cargo municipal, al que renuncia al poco tiempo. Un año más tarde encabeza una comisión designada para organizar una exposición de pintura, aunque renuncia a la misma en 1859, luego de haber sido criticado en la prensa por su inoperancia. Los años transcurridos entre esa fecha y 1866 son los más importantes para el desarrollo de su obra pictórica, que abarca desde retratos de la elite local hasta desnudos, paisajes, escenas costumbristas y algunas pocas obras de tema histórico. Además de pinturas al óleo, Pueyrredón realiza algunas litografías en el taller de Augusto Clairaux y expone en más de una ocasión en el almacén naval de Fusoni Hnos. Hacia fines de los años 60 su salud comienza a declinar a causa de la diabetes y, debilitado de modo progresivo por la dolencia, remata sus bienes y espera la muerte. Fallece el 3 de noviembre de 1870 en la quinta “Santa Calixta”, en las barrancas del Socorro.www.museopueyrredon.gob.ar

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  5. El realismo como movimiento tiene sus orígenes en Francia e Inglaterra en el siglo XIX. Por primera vez se tocaba el tema de los obreros y su condición de vida, ya no como una visión más sino como denuncia.
    En Argentina existe esta obra que me parece un gran ejemplo de realismo.

    Sin pan y sin trabajo. Realismo Argentino.


    Si analizamos esta obra de neto corte realista se puede observar una fuerte simbologia de las imagenes. El titulo ya nos indica todo" sin pan y sin trabajo". En la Argentina de 1894 posterior a la crisis económica de 1890 una de las más importantes del siglo XIX.
    Elementos claves dentro de la obra.

    - La mesa vacía simbolizando el hambre por falta de trabajo.
    - Encima de esta mesa una herramienta esperando su turno para poder trabajar.
    - Los personajes: el hombre mira hacia las fabricas con el puño cerrado marcando fuerza para poder trabajar pero a su vez bronca por no poder trabajar.
    - La mujer es flaca, sus pechos desnutridos alimentan a un bebe, una imagen que da para pensar que la pobreza va a continuar.

    ERNESTO DE LA CARCOVA BIOGRAFIA.

    Nacido en Buenos Aires en 1866, Ernesto de la Cárcova inició sus estudios pictóricos en la Sociedad Estímulo de Bellas Artes con el maestro italiano Francisco Romero.

    Luego marchó a Italia, donde ingresó a la Real Academia Albertina de Turín, quedando entonces bajo la tutela del pintor Giacomo Grosso.

    En 1890 el joven estudiante argentino envió tres obras a la XXXI Exposición de Bellas Artes del Círculo de los Artistas Turineses y allí consiguió que el Rey Humberto I de Italia adquiriese, para el Palacio de Quirinal, uno de sus cuadros al pastel titulado "Cabeza de Viejo".

    Con ello, el triunfo del novel plástico porteño, de apenas veinticuatro años de edad, fue terminante y rotundo.

    A continuación, tras un viaje cultural a París, se detuvo en Roma para comenzar un trabajo de gran envergadura, pero, antes de finalizarlo, tuvo que emprender el regreso a su tierra, urgido por asuntos de familia.

    El 1893, el pintor arribó a su patria y, en ella, aparte de ser recibido con un gran respeto, se decidió incorporarlo sin reservas, no obstante su juventud, al círculo de los viejos maestros de la Asociación.

    En ese momento, de la Cárcova no sabía que en su país lo esperaba una nueva victoria, no menos resonante que la europea. En el mismo año de su retorno, se había constituído en Buenos Aires una entidad artística y literaria llamada El Ateneo.

    Esta agrupación intentó levantar el nivel de interés por el arte y la literatura. En sus cinco años de vida, organizó conciertos y conferencias y llevó a cabo cuatro exposiciones, participando en la segunda (1894) de la Cárcova con varias producciones de gran valor.

    Sin embargo, una de ellas, en especial, contribuyó de modo decisivo a acrecentar su prestigio.

    Se trataba de su vasta composición denominada "Sin pan y sin trabajo" adquirida finalmente en 1906 por Eduardo Schiaffino, entonces director del Museo de Bellas Artes, para el Museo a su cargo, donde se la puede observar en la actualidad.

    Comenzado en París y concluído en la capital porteña, "Sin pan y sin trabajo" afronta un tema realista y de intención social. Sus dimensiones por una parte, la dramaticidad del tema por otra y, finalmente, la excelencia de su dibujo y la solución inobjetable de los problemas de estructuración de las formas y representación del espacio planteados en el lienzo, suscitaron alrededor del mismo un atractivo de inusitada magnitud. El juicio fue unánime en la opinión y en la prensa. Se lo consideró la obra capital del salón, no obstante, exponerse también, junto a ella, otras de tanta trascendencia como "La vuelta del malón", de Della Valle, y "El Corsario de La Argentina", de Martín Malharro.

    Con su trabajo de la Cárcova echó las bases de una pintura popular de intenciones políticas y sociales. www.revistadearte.com

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  6. En 1892, Ángel Della Valle (1855-1903), un pintor argentino hijo de inmigrantes italianos que se había formado en Florencia con el maestro Antonio Ciseri, terminaba la pintura La vuelta del malón con el propósito de exhibirla en una gran exposición conmemorativa del cuarto centenario del descubrimiento de América que se organizaba en Chicago. Contando esta participación en el envío argentino, esta tela se exhibió cuatro veces a lo largo de dos años, una frecuencia inédita si se tiene en cuenta que no existía aún el Museo Nacional de Bellas Artes y el circuito local de las artes visuales era muy restringido. Según los estudios de Laura Malosetti Costa, cuando el cuadro se pudo ver por primera vez en una vidriera de Buenos Aires, la gente se agolpó en la calle para verlo y la crítica lo celebró como la primera gran obra indiscutiblemente argentina.

    La tela representaba, en las grandes dimensiones del género histórico y con un grado de exotismo no muy lejano al del orientalismo, un tema conocido por el público porteño: un malón de indios como los que habían saqueado haciendas y poblados, aun en las afueras de la ciudad, hasta no mucho tiempo atrás. Este conjunto de indios de rostros rabiosos y vociferantes se llevaba en su regreso al galope tendido, además de los despojos de una iglesia profanada, una mujer blanca. El tema tenía una larga historia en las letras y, en menor medida, en las imágenes. Pero hasta ese momento no había sido tratado en gran formato. Este cuadro se convirtió en el punto de llegada de una larga tradición sintetizando los elementos de un mito que alcanzaba dimensiones nacionales luego de la campaña militar de Julio A. Roca, a partir de la cual los “indios del desierto” se percibieron como algo del pasado. Pero además, desde su primera recepción, La vuelva del malón fue una pieza clave en el proyecto de los artistas plásticos al ubicarse en la articulación de esas ideas y tradiciones con la difusión ampliada del criollismo y la apertura de una nueva visibilidad para la pintura al óleo de gran formato en la ciudad.

    La composición de Della Valle no se aleja demasiado de las representaciones europeas de tropillas de moros e invasiones de bárbaros. Presenta una configuración de sentido inequívoca y conmovedora en cuanto a la justificación simbólica de aquella guerra de exterminio finalizada por Roca en 1879. En 1892 ya no había malones en la pampa, el indio aparecía como un enemigo vencido, aun cuando continuaran las guerras y matanzas en otros puntos del territorio. De modo que esta representación aparecía como una evocación de la “vida del desierto” en un pasado próximo pero superado. Envueltos en una luminosidad fría, los indios aparecían revestidos con todos los signos que indicaban su carácter de enemigos de la “civilización”: las cabezas cortadas de sus víctimas, los objetos litúrgicos robados de una iglesia y la cautiva blanca. El paisaje con un cielo gris plomizo que ocupa una tercera parte de la tela muestra una tormenta que, al igual que el malón, se disipa. En este sentido, los habitantes “del desierto” parecen identificados como parte de la naturaleza (y no de la civilización) en una mirada romántica compartida por una clase terrateniente que se veía beneficiada por la “pacificación” de la pampa.

    En el imaginario rioplatense –explica Malosetti Costa–, la escena del malón, y en particular el rapto de mujeres blancas por parte de los indígenas, llegó a adquirir en el siglo xix el valor de un símbolo relativo al conflicto entre blancos e indios, entre hombres “civilizados” y “bárbaros”. Esta dinámica de identificaciones y antagonismos (en la que el Otro fue el indio, el gaucho o el inmigrante) parece haber tenido una significativa gravitación en la conformación de identidades subjetivas en términos de nacionalidad.

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    www.carpetashistoria.fahce.unlp.edu.ar

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  7. El conde Henry de La Vaulx, “realizó intercambios y trueques con las comunidades y se contactó con los principales caciques” tehuelches de esa época, “estaba obsesionado por la talla extraordinaria de ellos, por lo cual aprovechó los datos que le proporcionaron sobre tumbas recientes y antiguas para extraer los restos”, explica Julio Vezub, el historiador argentino que localizó en París los restos de Liempichun, cuya restitución fue solicitada por su familia y se hizo publica días atrás por un pedido de intervención papal.

    Vezub participaba desde 2009 en un proyecto para investigar las colecciones del conde Henry de La Vaulx, un aventurero francés que a fines del siglo XIX recorrió la Patagonia profanando sepulturas de pueblos aborígenes, cuando dio con el cráneo de Liempichun Sacamata, un lejano antecesor de una estirpe que aún habita en nuestro país.

    “En esa época consideraban importante obtener esqueletos y cráneos para poder clasificar y desarrollar la teoría de la evolución humana”, explica Vezub al comentar que “La Vaulx recorrió más de 5.000 kilómetros de la Patagonia relevando paisajes, rocas, plantas, animales y humanos, para lo cual se contactó con las distintas comunidades mapuches y tehuelches de esa región”.

    “La Vaulx justificaba lo que hacía al profanar tumbas y robar sus esqueletos, e incluso en su crónica sobre el viaje a la Patagonia explica a un aborigen que lo increpa por haberse llevado los restos de su antepasado que los pondría en Francia dentro de una bella vitrina, en un gran templo que se llamaba Museo, donde una multitud de visitantes iría a admirarlos, ya que estarían mucho mejor ahí que bajo la tierra”, relata el historiador.

    Como parte de su proyecto de investigación, Vezub pudo acceder a las colecciones del conde La Vaulx en el Museo del Hombre de París, una institución muy prestigiosa que busca mostrar la evolución del hombre en su diversidad y riqueza cultural. Allí pudo ver y fotografiar el cráneo de Liempichun, que se encuentra junto a otros “cien cráneos y doce esqueletos de pobladores originarios de La Pampa y Patagonia”.

    Todos ellos “están rotulados, dicen dónde fueron obtenidos y son bastantes precisos con el lugar de excavación” pero resulta “difícil su identificación individual ya que conviven con otros esqueletos de mayor antigüedad”, dice el historiador, quien asegura que su investigación fue como “reconstruir la escena del crimen” en alusión al salvajismo de las prácticas científicas del siglo XIX.

    Tras la identificación del cráneo de Liempichun, que tenía su nombre escrito sobre el parietal, Vezub decidió informar de inmediato a Angel Ñanco Sakamata, vecino como él de Puerto Madryn, “longko” (jefe de la comunidad) mapuche-tehuelche y pariente de los Liempichun. Fue el punto de partida del pedido de restitución organizado más tarde por un grupo de antropólogos de nuestra ciudad.

    Contra algunas versiones que circularon durante estos días, Liempichun, cuyos restos se busca restituir desde Francia, no era un cacique, sino sobrino de quien llegó a dominar a fines del siglo XIX un vasto territorio entre el sur de Chubut y el norte de Santa Cruz.

    “Liempichun era hijo de Antonio Liempichun y sobrino del longko (cacique) Juan Sacamata. No sabemos cuál era su nombre cristiano, si es que lo tuvo, ni de qué murió: pero sí que medía más de dos metros de alto y acababa de ser enterrado en el paraje Choique Nilahue cuando profaron su tumba”, explicaron ayer voceros de la comunidad Liempichun que aspira a lograr su restitución para repultar sus restos en Chubut.

    (...).www.eldia.com.ar

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  8. La construcción de la historia nacional

    Muerte de Churruca, durante la batalla de Trafalgar, por Eugenio Álvarez Dumont, 1892. Esta batalla también fue objeto del primero de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós. Su bicentenario (2005) fue aprovechado para reflexionar sobre la conciencia nacional española y el conocimiento y uso que se hace de la historia de España, en un momento en que simultáneamente se debatía vivamente en el Parlamento y la sociedad la Ley de Memoria Histórica sobre de la Guerra Civil y el Franquismo. Apareció una novela histórica de Arturo Pérez-Reverte, famoso por su recreación del siglo de oro en la serie de novelas El Capitán Alatriste. Este autor se lamentaba de lo vivo que estaba el episodio entre los ingleses (que hicieron una celebración fastuosa, con parada naval incluida) frente a lo discreto de la conmemoración en España, cuyo acto más visible estuvo a cargo del Ministerio de Defensa (José Bono). Tomé este ejemplo de la historia de España a través de su pintura y de su literatura, a fin de situar este tema tan interesante de "La pintura a cuadros", en relación a dos cuadros muy importantes en la historiografía argentina. Ya que en sus imágenes aparecen temas como: la inmigración, el trabajo infantil, -creo- esbozado el actual problema del Femicidio, inseguridad. Esta relación de Cortázar con Cambaceres en la muerte de Rocamadour. Puede tener que ver el pasaje por la docencia de Cortázar en el interior de la Provincia de Buenos Aires. Y, también en toda su escolaridad transitada en el país, marcan un sesgo ideológico arraigado en la identidad nacional
    La pintura histórica se constituye así en un cuestionamiento de la tan celebrada glorificación nacional. A pesar de la sincronía de las imágenes que son interpretadas casi instantáneamente por el observador. Mientras que las historias son diacrónicas, requieren un tiempo para ser relatadas. Los artistas visuales han desarrollado, entonces una amplia gama de estrategias para enfrentarse a la tarea del relato.
    La narrativa visual permite combinar elementos secuenciales en una mima imagen.
    La idea de la pintura histórica o "istoria", fue formulada a principio del siglo V por el humanista y arquitecto italiano León Battista Alberti como la ambición suprema del arte de la pintura.
    Los antiguos escritores como Plinio el Viejo habían descrito pinturas de los grandes eventos realizados por célebres artistas griegos, sin embargo, éstos no sobrevivieron.
    En su tratado "Sobre la Pintura"(1345), Alberti esbozó las reglas. Una istoria debe contener varias figuras de distintos tipos y edades, y mostrar "copiosidad" y variedad".
    Mucho admiraba la obra de Quinquela Martín que se muestra, por su color, forma y me encantaban el movimiento que creía ver en esas siluetas con su espalda encorvada por la carga.Y, sin duda-aparece toda una simbología del trabajo esclavo.
    El malón con la cautiva, y los indios aún no recuperaron sus tierra. Muy interesante trabajo con mucho para analizar.

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  9. Zapatitos de raso
    pa’ bailar la milonga,
    zapatitos de raso
    con taquito francés...
    Pollerita cortona
    con un tajo al costado
    de una seda muy negra
    y una pierna muy blanca
    marcando su compás.

    Galán, galán
    pantalón bombilla,
    sin bajos y con trencilla,
    pa’ milonguear... pa’ milonguear...
    Con el saquito cortito
    con tajo y bien redondito
    pa’ compadrear... pa’ compadrear.

    Muchachita de rango
    pa’ bailar la milonga,
    una fiera en el tango
    reina del taconear...
    Zapatitos de raso
    cuando marcan el paso
    con su ritmo canyengue
    y en un flor de merengue
    marcando su compás.

    Galán
    pantalón bombilla,
    sin bajos y con trencilla,
    pa’ milonguear... pa’ milonguear...
    Con el saquito cortito
    con tajo y bien redondito
    pa’ compadrear, pa’ compadrear
    pa’ compadrear... pa’ compadrear.



    Fuente: musica.com
    Letra: Fernando Andrés Salvador Caprio, Uruguay, 1910
    Música: Jorge Dragone, Villegas, Pvcia de Buenos Aires, Argentina

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