jueves, 15 de diciembre de 2011

NEOCONCRETISMO EN EL ARTE BRASILEÑO

Neoconcretismo

HistoriaLa ruptura neoconcreta en el arte brasileño remonta a marzo de 1959, después que el grupo de mismo nombre publica el Manifesto Neoconcreto [Manifiesto Neoconcreto], y se debe comprender en base al movimiento concreto en el país, que remonta a comienzos de la década de 1950 y a los artistas del Grupo Frente, en Río de Janeiro, y del Grupo Ruptura, en São Paulo. Tributaria de las corrientes abstractas modernas de las primeras décadas del siglo XX - con raíces en experiencias como las de la Bauhaus, de los grupos De Stijl [El Estilo] y Cercle et Carré, además del suprematismo y constructivismo soviéticos -, el arte concreto crece en el país en consonancia con las formulaciones de Max Bill (1908 - 1994), principal responsable del ingreso de ese ideario plástico en América Latina, luego de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
El contexto favorable al desarrollo de la creencia en la industria y en el progreso dicta el estilo de la época por la que se mueven los adeptos del arte concreto en Brasil. El programa concreto parte de un acercamiento entre el trabajo artístico y el industrial. Del arte se aparta toda connotación lírica o simbólica. La pintura, construida exclusivamente con elementos plásticos -planos y colores-, no tiene otro significado que ella misma. Menos que representar la realidad, la obra de arte evidencia estructuras y planos relacionados, formas seriadas y geométricas, que hablan por sí solas. A pesar de la pauta general compartida por el arte concreto en Brasil, es posible afirmar que la investigación de los artistas de São Paulo enfatiza el concepto de pura visualidad de la forma, a la que el grupo de Río de Janeiro opone una fuerte articulación entre el arte y la vida - que aleja la consideración de la obra como "máquina" u "objeto" -, y un énfasis mayor en la intuición como requisito fundamental del trabajo artístico. Las divergencias entre Río y São Paulo se evidencian en la Exposição Nacional de Arte Concreta [Exposición Nacional de Arte Concreto], São Paulo, 1956, y Río de Janeiro, 1957, inicio de la ruptura neoconcreta.
El manifiesto de 1959, firmado por Amilcar de Castro (1920 - 2002), Ferreira Gullar (1930), Franz Weissmann (1911 - 2005), Lygia Clark (1920 - 1988), Lygia Pape (1927 - 2004), Reynaldo Jardim (1926) y Theon Spanudis (1915), denuncia ya en sus renglones iniciales que la "toma de posición neoconcreta" se hace "particularmente en virtud del arte concreto llevado a una peligrosa exacerbación racionalista". Contra las ortodoxias constructivas y el dogmatismo geométrico, los neoconcretos defienden la libertad de experimentación, el regreso a las intenciones expresivas y el rescate de la subjetividad. La recuperación de las posibilidades creadoras del artista - ya no considerado un inventor de prototipos industriales - y la incorporación efectiva del observador - que al tocar y manejar las obras se convierte en parte de ellas - se presentan como intentos de eliminar algún rasgo técnico-científico presente en el arte concreto. Si el arte no es producción de hechura industrial, sino fundamentalmente un medio de expresión, es porque el hacer artístico se ancla en la experiencia definida en el tiempo y en el espacio. Al empirismo y a la objetividad concretos que llevarían, en el límite, a la pérdida de la especificidad del trabajo artístico, los neoconcretos responden con la defensa del mantenimiento del "aura" de la obra de arte y de la recuperación de un humanismo.
En las esculturas de Amilcar de Castro puede observarse un intento de renovación del lenguaje geométrico. Los cortes y pliegues que se hacen con materiales rígidos, como el hierro, evidencian el trabajo realizado para la confección del objeto. De la oposición entre el acto del artista - que busca trazos precisos - y la materia resistente, nace la obra, fruto del esfuerzo constructivo, pero también de la emoción. En las palabras de Castro: "Arte sin emoción es precario. Max Bill quería algo tan fabulosamente puro, sin emoción". En las series de los Bilaterais [Bilaterales] y Relevos Espaciais [Relieves Espaciales], 1959, de Hélio Oiticica (1937 - 1980), y en los Trepantes [Trepadores] realizados por Lygia Clark en la década de 1960, por ejemplo, las formas conquistan el espacio de manera decisiva para luego romper con las distancias entre el observador y la obra, como en Bichos, creados por Lygia Clark, y en los Livros [Libros], de Lygia Pape. El arte interpela el mundo, la vida y también el cuerpo, atestan el Ballet Neoconcreto, 1958, de Lygia Pape, y los Penetráveis [Penetrables], Bólides1 y Parangolés2 creados por Oiticica en los años 1960. El color, rechazado por el arte concreto, invade las investigaciones neoconcretas, por ejemplo, en las obras de Aluísio Carvão (1920 - 2001), Hércules Barsotti (1914), Willys de Castro (1926 - 1988) y Oiticica. Estudios realizados sobre el tema ponen de relieve el lugar del movimiento neoconcreto como divisor de aguas en la historia de las artes visuales en Brasil; un punto de ruptura del arte moderno en el país, dice el crítico Ronaldo Brito.
Notas
1 En los Bólides - "transobjetos" - las estructuras, cajas, cristales, plásticos, etc. contienen materiales de colores, que pueden mirarse desde dentro y desde fuera.
2 Parangolés: capas de algodón o nylon, con poemas pintados sobre su tela.


actualizado en 20/08/2009 www,itaucultural.org.br

1 comentario:

  1. NEOCONCRETISMO: ESTIMULACIÓN, PERCEPCIÓN E INSERCIÓN
    UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS
    FACULTAD DE ARTES ASAB
    PROYECTO CURRICULAR DE ARTES PLÁSTICAS Y VISUALES
    TEORÍA E HISTORIA DEL ARTE
    ANDRÉS SUÁREZ RIVERA

    NEOCONCRETISMO: ESTIMULACIÓN, PERCEPCIÓN E INSERCIÓN
    LYGIA CLARK – CILDO MEIRELES

    “La expresión neoconcreto modifica una toma de posición frente al arte no-figurativo geométrico (neoplasticismo – constructivismo – escuela de Ulm) y particularmente frente al arte concreto llevado a una peligrosa exacerbación racionalista.”
    Manifiesto Neoconcreto

    El arte es la expresión más grande que tiene el hombre. Hablar del espacio y del tiempo como los dos puntos en los que surge una idea es empezar a construir un concepto, que puede hablar de nada, de algo simple o de la experiencia, pero siempre con un contenido que hace posible el cambio o la critica hacia algo. Con los cambios en la sociedad se re-dimensiona y en la actualidad toca campos con los que, en principio, no podía generar una relación clara. Pero es esa unión la que ha permitido extender la práctica como algo más allá de una técnica o de un parámetro, ya que no se trata del conocimiento o de lo que se pueda representar, sino de generar e innovar, muchas veces desde el origen y las bases del pensamiento. Así surgió el Neoconcretismo, como una posibilidad de expandir el campo de las artes plásticas hacia la relación entre la obra de arte y el espectador, con lo que éste no se reduce a ser un observador sino que se convierte en interventor y en intervención. El público también forma parte de la obra, configurándola y dándole un nuevo sentido fuera de algo únicamente mental o visual: esta vez la apuesta fue por la experiencia y el valor de los sentidos.
    El Neoconcretismo, movimiento que se gesta en una época militar para Brasil en cuanto a la estructura social y gubernamental, establece una relación nueva, pero, sobre todo, diferente entre el arte el espectador. Históricamente el arte Neoconcreto nace en 1957, durante la exposición Nacional de Arte Concreta cuando el Grupo Frente y el Grupo Ruptura separan las ideas en cuanto a la forma, la obra y los objetos. Pero antes de esto, el Neoconcretismo tiene su origen en el ideario plástico de Max Bill, ya que fue la persona que introdujo los parámetros para el arte Concreto en América latina después de la segunda Guerra Mundial (1939-1945). Estos parámetros estaban directamente relacionados con el Formalismo y Funcionalismo geométrico. Así, los artistas del neoconcretismo en Brasil formaron sus raíces en torno a la Bauhaus, De Stijl, el Constructivismo y el Suprematismo.
    Al establecer dichos referentes dentro de un movimiento en el que se unía el Arte Concreto y el acercamiento a lo industrial, se privilegio a la estructura y al plano como pauta general para la creación y producción, manteniendo clara la idea de la pintura, sin connotación poética, dejando fuera la retórica.
    Hacia 1957 se presenta la ruptura entre las dos vertientes del Arte Concreto: el Grupo Frente de Río de Janeiro y el Grupo Ruptura de Sao Paulo; estos diferían en cuanto a los componentes de la abstracción moderna, ya que, para Frente, la obra no debía ser ni maquina ni objeto, mientras que, para Ruptura, se debía resaltar la visualidad de la forma. Ambas posiciones se hicieron más notorias durante dos versiones de la exposición nacional (1956-1957), momento en el que ambos grupos iniciaron la ruptura, gesto que ocasionó la firma del manifiesto Neoconcreto durante 1959, en el que se determinó la posición en contra del dogmatismo geométrico y la ortodoxia constructiva, permitiendo la exploración, el regreso a la intención expresiva y el rescate de la subjetividad.
    Este manifiesto fue firmado por Amilcar de Castro, Ferreira Gullar, Franz Weissmann, Lygia Pape, Reynaldo Jardim; Theon Spanudis y Lygia Clark. . (...)

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