martes, 17 de mayo de 2011

MUERTE EN VENECIA

Gustav Mahler,había nuerto cuando Thomas Mann estaba escribiendo la obra.El nombre del personaje Gustav Aschenbach,es una clara referencia al nombre del músico.La obra fue escrita en 1911 cuando Thomas Mann tenía 36 años y llevaba casado cerca de 11 años.Su padre había muerto hacía dos años y su hermana Carla se había suicidado.Venecia escenario de la acción había sido visitada poco antes por el escritor.Una carta escrita por Freud a Theodor Reik establece el hecho de que Mahler había consutado a Freud y que fue analizado durante una tarde en Leyden.Freud dice que la libido de Mahler se había retirado de su mujer y que Mahler padecía de "neurosis obsesiva".

El tema cantral subyacente en "La muerte en Venecia" es el conflicto del padre.Aschenbach se identifica a sí mismo ,y retrata en su amor a Tadzio lo que él deseo recibir de su padre.La ambivalencia se manifiesta por que el otro está recibiendo el reconocimiento que él hubiera desado para sí mismo,y entonces en sus sentimientos hacia Tadzio entran elementos hostiles y destructivos.Al no advertir a la familia de la gravedad de la epidemia expone a su amado a graves peligros.La hostilidad básica no va dirigida contra el muchaho sino contra la detestada imagen del padre.

El nombre Aschenbach (arroyo de ceniza) evoca en Alemania una asociación entre la mitología clásica y el río de la muerte.El autor Thomas Mann desplazó su conflicto personal hacia el protagonista del relato,y así logró salvaguardar su capacidad creadora.El último sueño de Aschenbach expresa el desmoronamiento de la sublimación;describe la destrucción de "toda la estructura cultural de una vida"
Fuente: Heinz Kohut "Un relato sobre la desintegración de la sublimación artística"

1 comentario:

  1. Deben citarse aún otras músicas no mahlerianas que también tienen en la película una importancia indiscutible: unos fragmentos de la opereta La Viuda Alegre de Lehar (entre ellos el famoso Vals o el aria "Vilja, o Vilja") que toca la orquesta del Hotel antes de llamar a la cena, en el salón donde Aschenbach verá por vez primera a Tadzio, y que cumplen perfectamente la misión de ambientar la época en que transcurre el film; Para Elisa de Beethoven, que Tadzio aporrea en el piano del hotel, y que a Aschenbach le trae el recuerdo de su vista al prostíbulo, donde también sonaba; una forma de indicarnos que la aparente pureza angelical del joven y la impureza de la prostitución son en realidad las dos caras de la misma moneda, en los dos casos son origen de la tentación. Por último, señalemos la canción napolitana La risata ("Chi con le donne vuole aver fortuna...") que interpretan los músicos callejeros ante los selectos huéspedes del Hotel Lido, y una Canción de Cuna de Mussogrsky en la escena final de la playa, cuando muere Aschenbach.

    Para la grabación de la música (que fue previa a la filmación de las imágenes, práctica aún poco frecuente en aquella época), Visconti recurrió una vez más a su fiel Franco Mannino, que dirigió a la Orquesta de la Academia de Santa Cecilia de Roma. La contralto en el fragmento de la Sinfonía nº 3 fue Lucretia West, cantante negra norteamericana de la que muchos aficionados recuerdan sus actuaciones en concierto y en disco con el célebre director Hans Knappertsbusch. Claudio Gizzi grabó al piano Para Elisa y la soprano Mascia Predit cantó la Nana final.

    Hoy día, una vez pasada la época de aclamación generalizada, no debe resultar fácil valorar Muerte en Venecia, por aquello que de lo sublime a lo ridículo no hay más que un paso. Es posible inclinarse por considerar el argumento ridículo, pues lo único que ocurre en toda la película es que un músico maduro se dedica a perseguir a un jovencito sin llegar a hablarle nunca. También se llegó a decir en España en la época de su estreno que el argumento de Muerte en Venecia consistía en la apología de la homosexualidad, una interpretación ciertamente limitada por más que sea la primera vez en un film donde Visconti plantea sin tapujos sus inclinaciones en este sentido. Pero si el espectador llega a sentirse identificado de alguna manera con Gustav von Aschenbach (quizás si alguna vez ha seguido a alguien por puro "voyeurismo", aunque fuera alguien del sexo opuesto; o quizás si lo puede hacer en un futuro), entonces podrá abrírsele uno de los posibles caminos para comprender por qué Muerte en Venecia es una obra maestra del cine. Y quizás la vez siguiente que, con independencia de su inclinación sexual, se encuentre en la misma situación que Aschenbach escuche en el sonido de sus propios pasos el arpa que se oye al comienzo del "Adagietto", y en su propia respiración las cuerdas que la acompañan.
    filomusica.com

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